Fil(m)osofía: Extrañas coincidencias (I ♥ Huckabees)
En este film inicial y aparentemente todo es un caos, en realidad no es así. Con algo de atención y un tanto de apertura, el mensaje se descifra. Siguiendo el estilo de la película, a continuación nuestra reflexión:
Abre con preguntas, ¿qué estoy haciendo?, ¿lo qué hago sierve para algo?, ¿a alquien le importa lo que hago?... Acude al servicio profesional de "Detectives existenciales", quienes dicen: investigamos y resolvemos dudas. Su método consiste en resolver la situación, la crisis del cliente partiendo de su percepción de la realidad... Todo comienza a partir de lo que parece una "coincidencia", se trata de conocer la verdad última: todo es lo mismo a la vez que diferente, todo está conectado. La cuestión es aprehender la Verdad en la vida cotidiana, dejando al margen la identidad en que creemos y que nos separa del Todo. Hay que hacerse preguntas, constantemente. También hay que aspirar los miedos para descubrir que no existe el tú ni el yo, no existe la nada; todo es uno, uno es todo. La conexión nos dará la clave para resolver el enigma existencial. El desmantelamiento de la realidad cotidiana (incluyendo la propia identidad) para descubrir la Verdad, puede ser dificultoso. Por ello es bueno tener un amigo, un compañero. Entonces, ¿por qué no ir a la Iglesia para resolver esos enigmas? Hay otras estrategias, como escribir poemas, porque ayudan a transformar la mente. ¿Por qué la gente es autodestructiva? El conflicto es una ilusión, perdemos el tiempo en pelear... La energía de cada uno se recicla en la interacción con otros... Hay dos formas o perspectivas de ver la vida: conexión, todo es uno, todos estamos unidos; y, coincidencia, todo es nada, todos estamos solos, estamos rodeados de traición, crueldad, manipulación, insignificacias... La investigación existencial puede ser filosófica o psicológica... La herramienta son las preguntas... Volveremos al camino por interconexión... Toda búsqueda nos conduce a encontrarnos con nosotros mismos.
Ahora una versión, un poco más estructurada:
¿Alguna vez te has preguntado qué estoy haciendo?, ¿lo que hago sirve para algo?, ¿a alguien le importa lo que hago? Estas son las preguntas que abren la película I Heart Huckabees, traducida como Extrañas coincidencias, una comedia filosófica que explora —con humor y profundidad— el desconcierto existencial de la vida moderna.
El protagonista, abrumado por una serie de coincidencias, acude a un peculiar servicio profesional: los “Detectives existenciales”, quienes se presentan diciendo: “Investigamos y resolvemos dudas”. Su método consiste en adentrarse en la percepción que el cliente tiene de la realidad, rastrear el sentido de los hechos y acompañarlo en su crisis hasta descubrir la verdad última:
Todo es lo mismo y, a la vez, diferente; todo está conectado.
La investigación existencial, nos recuerda la película, comienza siempre con una pregunta. Hay que hacerse preguntas constantemente, aspirar los miedos, disolver las fronteras entre el “tú” y el “yo”, y reconocer que no existe la nada: todo es uno, uno es todo.
Pero ese camino no es fácil. Desmantelar la realidad cotidiana —incluida la identidad que creemos ser— puede ser doloroso. Por eso es importante tener un amigo, un compañero, alguien con quien compartir la búsqueda.
Y entonces surge la cuestión: ¿por qué no acudir a la Iglesia para resolver estos enigmas? O quizá haya otras estrategias: escribir poemas, por ejemplo, para transformar la mente, para pensar de otro modo.
La película también plantea un contraste fundamental:
* Una perspectiva de conexión, donde todo está unido, todo tiene sentido.
* Y una perspectiva de coincidencia, donde nada importa, donde el mundo parece regido por la traición, la crueldad y la insignificancia.
Entre ambas miradas se despliega el juego de la existencia. Porque toda búsqueda —sea filosófica o psicológica— nos conduce, al final, a lo mismo:
a encontrarnos con nosotros mismos.
En suma, Extrañas coincidencias nos recuerda que incluso el sinsentido puede ser una pista hacia el sentido.
La herramienta son las preguntas. El camino, la interconexión.
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