jueves, 14 de junio de 2018

#18 Fil(m)osofía "La Mina" - Tres anuncios por un crimen


Tres anuncios por un crimen
Martin McDonagh, 2017




Generalmente iniciamos nuestra charla a partir de dos o tres ejes o guías que como moderadora propongo a partir de mi percepción sobre cuál es el tema o las ideas principales plasmadas en la película-pretexto para nuestra reflexión. Esta ocasión comenzamos de otra forma, tras prometer que al final de la sesión les diría lo que yo consideré como temas-eje en este filme, pedí a los asistentes que nos compartieran qué habían pensado, sentido y/o recordado… Algo que valoramos muchísimo en Fil(m)osofía es que poco a poco estamos creando una comunidad de diálogo que nos permite expresarnos con apertura y confianza, así, a las primeras ideas aportadas se sumaron otras más hasta integrar la participación de todos los presentes, si bien cada uno posee su opinión, su perspectiva, claramente también coincidimos en algunos puntos, los cuales relato brevemente a continuación:

* Justicia
Frente a un acto criminal impune se plantean al menos dos opciones, exigir a las instituciones correspondientes que actúen, que encuentren a los culpables-responsables-criminales (nótese que el uso de los términos no es neutral, sino que por lo contrario implica toda una ideología) y apliquen la ley, en otras palabras que tenga lugar el Estado de Derecho, o bien, buscar-hacer justicia por propia mano, en cierto sentido desconocer la ley jurídica, la autoridad que embisten las instituciones legítimas y con ello aproximarse a un Estado de anarquía.

* “Yo soy yo y mi circunstancia”
Cada uno de los personajes, en forma muy cercana a cómo somos las personas en la realidad, presenta luz y sombra, aciertos y errores, cada uno de ellos actúa conforme a sus creencias, pensamientos y sentimientos, conforme a su bagaje, su contexto, su circunstancia; visto así, sus acciones buenas se comprenden e incluso llegar a ser motivo de admiración, en tanto que sus malas acciones quedan justificadas, son resultado de lo que han vivido-sufrido, de su educación y situación. Aunque probablemente sea más asertivo decir, de acuerdo con lo que dialogamos, que dichas acciones malas –hasta delictivas– no se justifican, sino que se explican, se esclarece la causa, el motivo de esa acción sin por ello aceptarla porque sin negar que cada uno somos en parte resultado de nuestra circunstancia, apelamos a la conciencia, capacidad reflexiva y de elección que yace en nuestro interior para decidir qué hacer y qué no, es decir, que aun cuando el entorno, el ambiente en que crecimos y en el que nos encontramos influye en nuestro actuar, también tenemos libertad para cuestionar y autoconfigurarnos, esto evidentemente hablando de casos normales-sanos, por decirlo de alguna manera. De igual modo, durante la conversación, propusimos referir las acciones no como “buenas” o “malas”, sino como positivas o negativas en la medida en que contribuyen al bienestar personal y comunitario, individual y grupal, lo que da pie a nuestro tercer punto.

* Sociedad / Comunidad
Es posible distinguir entre sociedad y comunidad, entendiendo por la primera una suma de individuos resultado de la necesidad por estar con el otro para obtener el propio beneficio, donde más que compartir la vida, los pensares y sentires, las experiencias, se trata de un intercambio, de una negociación necesaria para la supervivencia del grupo, de la sociedad que a su vez es valorada exclusivamente por ser el medio necesario a la supervivencia individual; en tanto que la comunidad consiste en el encuentro de personas que reconociendo su interdependencia y en valoración de la misma construyen día a día un entorno donde el bienestar personal y comunitario son correlativos.

Nuestra charla cerró nuevamente con broche de oro, con la interesante aportación de uno de los participantes, quien planteó dos posibles interpretaciones-vivencias sobre esta película: la primera de ellas, como una obra de arte en que los personajes y el propio relato presentan magistralmente actitudes humanas en un cierto contexto donde el drama puede dar lugar a la redención; la segunda, como una filmación de propaganda racista en que el individualismo priva, se sobrepone a todo y lo que busca es imponer “su verdad”, ejercer “su justicia”.

Con todo lo anterior confirmamos nuevamente que parte de la riqueza del cine radica en su posibilidad de interpretación, de reflexión, análisis y crítica, en el ejercicio de nuestra transición de simples y pasivos receptores de lo que está frente a nosotros a complejos y activos actores que transforman y construyen la realidad. En palabras de nuestros amigos en esta sesión: “la postura no está en el autor, sino en el espectador, en el espect-actor”.






Ah, lo olvidaba, estos son los cinco temas que prometí mencionar al final: justicia, impunidad, publicidad, racismo y comunidad.