sábado, 19 de diciembre de 2015

la última del año, el pilón





Una tercera publicación concretada en este año: 

"Choque pedagógico en la práctica docente", 

entrevista a la Mtra. Sara Miriam González Ramírez 



Sara Miriam González Ramírez
Licenciada en Pedagogía, por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestra en Ciencias de la Educación, por la Universidad Autónoma de Querétaro.  Coordinadora del proyecto y luego puesta en operación  de la Licenciatura en Innovación y Gestión Educativa,  en la Universidad Autónoma de Querétaro. Profesora investigadora en la Facultad de Psicología de la UAQ. Especialista en docencia universitaria con intereses investigativos en currículum, práctica docente, procesos socioeducativos, sobre ciencia, formación científica y didáctica de la enseñanza de la ciencia. Como producto de sus investigaciones ha publicado en memorias de congresos, revistas de educación y capítulos de libros. 

viernes, 18 de diciembre de 2015

resumen de mi 2015

Autor: Lukas Dvorak

El resumen, sentir el tiempo pasar, 
crecer y madurar…

Lo que mueve, lo que nos hace actuar es siempre una molestia, no una comodidad, una carencia, no una saciedad, un deseo, no un hecho, una aspiración, no una concreción… Intensas molestia y carencia, profundos deseo y aspiración que me motivaron entre otras cosas a escribir este blog…

Es verdad que en cierto sentido lo he descuidado, desatendido, pero no quiero que el año termine sin una entrada más, y siguiendo la moda de resumir lo hecho durante el año, ahí va un recuento de lo escrito aquí:

DICIEMBRE 2014, ENERO E INICIO FEBRERO 2015
Con intención de fundamentar teóricamente lo que en su momento llamé “mi nueva práctica filosófica” surgieron seis textos y lo que podría considerarse una explicación previa al primer intento realizado, me refiero a nuestro “café filosófico”:

Introducción en tres partes:
1. qué significa “el Otro de la filosofía”
2. movimiento de Filosofía Aplicada
3. sobre el carácter filosófico de la Filosofía Aplicada

Antecedente de mi nueva práctica filosófica en dos momentos y un intermedio:
4. Filosofía y educación académica en crisis
5. la enseñanza de la filosofía en la escuela
6. la educación es un contínuum

Un primer intento:
7. sobre el “café filosófico” o “filocafé”
8. origen del café filosófico y su presencia en México

FEBRERO
En contra del bombardeo mediático y mercadotécnico por el festivo 14 de febrero redacté:

9. Amor romántico
10. AMAR complejo y profundo
11. hombres y mujeres, antagónicos-complementarios

Con motivo en las elecciones que habrían de celebrarse el 7 de junio presenté:
12. conciencia social (conducta ética - libertad auténtica)
13. bueno o malo por naturaleza

MARZO
Un mes “campechano”, que tuvo de todo: felicidad por una publicación, coraje por lo mal entendida que está la igualdad entre hombres y mujeres, decepción por la imagen generalizada sobre el quehacer del filósofo y un sabor agridulce por el cierre de nuestro café filosófico… Un mes que concluyó reflexionando sobre qué es la libertad…

14. “Interés, motivación y acción dirigida en la práctica educativa”
15. 8 de marzo
16. ¿qué hacen los filósofos? / sobre ser y tener
17. cerrar un ciclo
18. ¿qué es la LIBERTAD?

ABRIL
Dos propuestas de publicación fallidas, aunque orgullosas y de pie; y un texto acerca de nuestra medición del tiempo…

19. ¿Por qué sólo mostrar, exhibir, compartir los éxitos…?
20. Paradigmas en la educación, con raíz en la filosofía
21. Un segundo más de vida… o la invención del tiempo…

MAYO
La primer entrada de este mes intentó explicar por qué nada cambiará en nuestro país, sin importar quien ganara las elecciones de junio… Una segunda publicación lograda… Conmemorando a mi manera el día del maestro y el día del trabajo, con intermedio en otra publicación no aceptada…

22. “El país de no pasa nada”
23. Filosofía como teoría de la educación para nuestra humanización
24. Ser “maestr@”
25. la verdad es “perspectivística”
26. Trabajar (primera de tres partes) ¿Qué es trabajar?

JUNIO
Sigo pensando en el trabajo…

27. Trabajar - divina condena (segunda de tres partes)

JULIO

?

AGOSTO
Avalancha de cambios en mi vida, fui aceptada en el Doctorado en Filosofía, de la UG… sentimientos encontrados, no obstante todo positivo, “la Moira” se ha manifestado…  

28. Trabajar - su reivindicación (tercera de tres partes)
29. “Instrucciones para esperar”, lo que me hizo pensar…
30. el trabajo como derecho humano

SEPTIEMBRE
Un tanto de dispersión en lo que lograba asimilar los cambios…

31. el Amor NO existe
32. es inmadura
33. Filosofía y Psicología / Filo-análisis + Psico-análisis

OCTUBRE, NOVIEMBRE
Absorta en mi vorágine de cambios, ajustes y transformaciones nada escribí…

DICIEMBRE
Nuevas ideas se gestan, todo crece y florece con paciencia y esfuerzo…


¡¡Que venga el 2016!! ¡¡ÉXITO a ti que me lees y a los que no!!

(porque de los presentes se aprende y de los ausentes también…)




sábado, 19 de septiembre de 2015

Filosofía y Psicología / Filo-análisis + Psico-análisis

Filosofía y Psicología
¿Por qué hablar “de psicología” en un blog de filosofía?
Filo-análisis + Psico-análisis



Fragmentar nuestra comprensión, análisis, estudio del ser humano, enfocar, concebir, intentar comprender exclusivamente desde “una” perspectiva contradice la propuesta por adoptar un paradigma holístico basado en el pensamiento complejo.

Si bien nos especializamos por limitaciones racionales-intelectuales en un área del conocimiento, porque nuestra razón no alcanza asir la totalidad presente en forma simultánea, no se niega la pertinencia, vínculo, correlación de una disciplina con el resto de ellas, la interdependencia que entre todas existe.

Si la filosofía se vive como reflexión para la acción, en este caso como camino a la autonomía, sendero a la libertad, concientización que libera de ataduras, si la filosofía es praxis, entendida como conocimiento, comprensión, concientización para decidir, para ser y estar, vivir y existir libre, si en comunión con pensadores como Max Horkheimer se afirma que la auténtica filosofía cumple una función social, la cual consiste en la crítica social de lo establecido, cuya meta principal es impedir que los hombres se abandonen a las ideas y formas de conducta que la sociedad en su organización actual les dicta, si se piensa y se siente que el hombre debe analizar sus acciones y configurar el mismo su destino, si se considera que la filosofía es en parte “análisis” que libera al sujeto de poderes hipostasiados, debe entonces, preferentemente entretejerse el quehacer filosófico con el quehacer de la psicología: filo-análisis y psico-análisis.


"Mujer saliendo del psicoanalista", Remedios Varo.
Fuente: CLTRA CLCTVA


Analizar filosóficamente la vida humana reviste liberación de toda sumisión o poder ajeno a la razón, que busca los medios para liberarse de ataduras; momento en que la filosofía no puede olvidar el determinante componente inconsciente que actúa en la conducta individual y colectiva. Consecuentemente, la filosofía como praxis, como concientización para la libertad no se limita a luchar contra ataduras “externas” sino “internas” también, no solo “ajenas” sino “propias”, no únicamente “conscientes” sino “inconscientes”.

Se precisa la revisión de la lógica de la dominación del inconsciente personal y social; de esta forma la filosofía se une a la psicología, colaboran en la transición de la inconsciencia a la conciencia, donde solo lo que es “consciente” es susceptible de transformación, de mejora, que al final del día es la aspiración de ambas disciplinas: hacer del individuo un ser humano, una persona auténticamente libre de ataduras “reales” y “mentales”.

En conclusión al respecto, requiere la filosofía vincularse a otras áreas del saber, y no únicamente con aquellas que han sido “clasificadas” en el mismo grupo que ella o como sus “hermanas”, me refiero a las “ciencias sociales y humanidades”, por lo contrario, necesita entablar contacto, reconocer su conexión con  psicología, neurociencias y medicina, entre otras, porque innegablemente no somos solo mente-espíritu, igualmente nos constituye cerebro-cuerpo, somos tan materiales como inmateriales.


"Mujer saliendo del psicoanalista", Remedios Varo.
Fuente: CLTRA CLCTVA




P.d.- Gracias, Rita, porque las lecturas que me has compartido contribuyen para mí en esta labor por enlazar-complementar mi pensamiento filosófico con otras perspectivas.



jueves, 17 de septiembre de 2015

es inmadura


¿A qué se refiere la gente cuando dice: “es una persona inmadura”?
Personas inmaduras y maduras…



Madurez e inmadurez recuerdan a frutas y verduras que “ya están para comerse o no”. Recuerdo no en vano, puesto que de hecho esta es la primera acepción que aparece en el DRAE sobre la palabra “madurez”: “sazón de los frutos”. Pero no hablo aquí de comestibles sino de personas, por lo que atiendo a la segunda y tercera acepciones: “buen juicio, prudencia, sensatez” y “edad de la persona que ha alcanzado su plenitud vital y aún no ha llegado a la vejez”…

Ciertamente ser maduro implica buen juicio, prudencia y sensatez, e igualmente certero es que solemos relacionar la madurez de las personas con su edad, con el tiempo que han vivido, debido esto, en mi opinión, al hecho de que supuestamente aprendemos de nuestras experiencias, por lo que más tiempo hayamos vivido, más maduros seremos.

Tendría entonces que presentarse una justa relación de proporcionalidad directa entre la edad cronológica y la madurez en la personalidad; lamentablemente y por lo general no sucede así: en su mayoría, la madurez de las personas no corresponde a los años vividos, probablemente esto signifique que poco o nada han aprendido de sus vivencias, de sus experiencias, por lo que en cierto sentido cabría decir que en realidad “no han vivido”, sino “existido”.

Tratar ahora la diferencia entre “vivir” y “existir” no pertenece al tema de este momento, de manera que en lo subsecuente resumo entre muchas características que encontré, aquellas que me parecen centrales y de las cuales parecen derivar todas las otras que se puedan mencionar. Aclaro, sin que esto sea ley o fórmula, bien sabemos que la naturaleza humana es compleja y se escapa a reduccionismos; empero, es posible señalar rasgos comunes, en este caso sobre quienes carecen de madurez.

* Características de las personas inmaduras (sin importar el orden de mención)

Equívoco, escaso o incluso nulo autoconocimiento
Carecen de una noción clara sobre sus características, es decir, sus cualidades y defectos; desconocen sus competencias, aptitudes y actitudes; tampoco precisan cuáles son sus valores y creencias, necesidades e intereses, menos aún identifican sus sentimientos y qué los origina.

En consecuencia de tal falta de conocimiento sobre sí mismo, frecuentemente sus planteamientos son incoherentes, su identidad personal no está suficientemente configurada y tienen dificultad en admitir carencias, fallos y limitaciones propios y de las otras personas.

Inestabilidad emocional
Las personas inmaduras sufren altibajos de ánimo que en la mayoría de las ocasiones tienen motivo en hechos insignificantes, como algún comentario desfavorable en boca de otra persona. Así, su fragilidad emocional les hace intolerantes a la frustración, reaccionando impulsiva o hasta agresivamente cuando los hechos no corresponden a sus expectativas, lo cual obviamente deteriora sus relaciones interpersonales, que casi siempre son un tanto conflictivas.

Irresponsabilidad
En su incapacidad por admitir y enfrentar carencias, fallos y limitaciones pretenden lograr lo que quieren en forma inmediata, obtener beneficios a corto plazo; de manera que cuando surgen dificultades, se presentan situaciones complicadas tienden a evadir la realidad, no asumen responsabilidad alguna y en ese sentido, son incapaces también de asumir compromisos.  

Dependencia
Incapaces de asumir responsabilidades y compromisos, las personas no maduras difícilmente se desenvuelven por sí mismas, no logran vivir con auténtica autonomía, antes bien, dependen de alguien más económica, intelectual y emocionalmente.

Arrogancia
La falta de autoconocimiento deriva en baja autoestima y esta, en inseguridad. Es así que sintiéndose inseguros, vulnerables frente a los demás, las personas inmaduras adoptan como defensa una actitud arrogante, es decir, soberbia y altanera; creyéndose superiores a los otros se cierran a lo que no es suyo, a las opiniones, necesidades e intereses de quienes les rodean, ocasionando falta de apertura, de disposición al diálogo y la negociación.

Falta de proyecto de vida
En la carencia de valores y creencias sólidos, en su huída de las dificultades, en su evasión de la realidad que les impide ser responsables y comprometerse, no son capaces de construir un proyecto de vida, no tienen objetivos vitales realistas, se sienten desorientados, sin saber a dónde dirigir su vida. Situación que les hace presas fáciles de influencias externas y pasajeras, al tiempo que se dejan llevar por sus apetencias y deseos momentáneos sin considerar consecuencias futuras en ellos y en los demás.

Con base en todo lo anterior es posible afirmar que la personalidad inmadura presenta un marcado infantilismo -sin desdeñar a los niños-, en el sentido de que la edad cronológica no corresponde a la edad psicológica, la primera es mayor a la segunda.


Fuente: Vive y sé feliz

 Ahora bien, ¿cómo es entonces una persona madura? Es alguien que se conoce lo suficiente al menos para armarse un proyecto de vida acorde a sus cualidades y defectos, aptitudes y actitudes, necesidades e intereses, valores y creencias; es alguien que reconoce y acepta que cumplir las expectativas exige tiempo, trabajo y esfuerzo porque siempre habrá dificultades, circunstancias complejas que es capaz de enfrentar con responsabilidad y compromiso. Todo lo cual le hace independiente, autónomo, sin mostrarse por ello arrogante o con ínfulas de superioridad, por lo contrario siempre está abierto al diálogo y la negociación con las otras personas. Manifestándose esta actitud ante la vida en equilibrio emocional.

Me pregunto ahora, ¿cuántas personas maduras conozco?, ¿tendré la fortuna de encontrarme entre ellas? 

jueves, 3 de septiembre de 2015

el Amor NO existe

el Amor NO existe

Cuando la gente dice: el amor no existe, además de que evidentemente habla desde el dolor, desde una herida aún abierta, da por entendido que se refiere al “amor de pareja”, porque nadie -al menos nadie que yo conozca- pronunciaría tal sentencia respecto a este sentimiento entre padres e hijos, hermanos o amigos.

Y en ese sentido, es verdad, el amor no existe, no cuando se le confunde con la relación de pareja, no cuando se le concibe a partir de las relaciones patéticamente inmaduras y desequilibradas que suelen proyectar la televisión y el cine…

¿Qué diferencia hay entre amor y relación de pareja?

Antes de continuar, aclaro: lo que aquí escribo es la respuesta, la explicación más clara y “lógica” que he encontrado tratando de comprender la dinámica de la que en mi opinión y la de miles de personas es la experiencia humana más compleja y estimulante, la relación de pareja. En otras palabras esto no es “la neta”, es una perspectiva basada en investigaciones formales. (Incluyo la fuente consultada Los cuatro componentes de la relación de pareja )

Retomo la pregunta planteada, ¿es lo mismo “amor” y “relación de pareja”? Rotundamente NO; de acuerdo con la neurobiología  el amor es un componente netamente biológico relacionado con la reproducción y la crianza; de hecho, desde este punto de vista se afirma que no es característica exclusiva del ser humano, antes bien mamíferos y aves también experimentan el amor. 

En otras palabras, el amor de pareja es una “función dada por ciertas estructuras cerebrales y por neurotransmisores específicos”.

Detallando, dichas estructuras cerebrales consisten en “tres sistemas cerebrales de motivación-emoción que actúan en serie: El deseo o apetito sexual, con una finalidad de apareamiento con cualquier pareja apropiada; una atracción o amor romántico, con una finalidad reproductiva con una pareja específica y un apego duradero de pareja con un fin de crianza de la prole”. Y los neurotransmisores específicos son “en el deseo sexual, los estrógenos y andrógenos; en el amor romántico, el aumento de dopamina (DA) y de la norepinefrina (NE) y la disminución de la serotonina (5-HT); en el apego de pareja, actúan dos neuropéptidos: la oxitócina (OT) y la vasopresina (VTP)”.

O bien, expresado llanamente por si aún no podemos creerlo: “Desde un punto de vista biológico el amor es la necesidad fisiológica de una pareja exclusiva para la cópula, la reproducción y la crianza, y cuya satisfacción genera placer”.

En tanto que “la relación de pareja es una dinámica relacional humana que va a estar dada por diferentes parámetros dependiendo de la sociedad donde esa relación se dé”; o sea que el contexto cultural en que han sido formados y se desenvuelven los miembros de la pareja influye directamente en la forma que cada uno ve y actúa dentro de la relación.

Sintetizando hasta aquí: amor y relación de pareja no son lo mismo; el amor es un componente de la relación de pareja, y esta es un proceso.

De modo que comprender el amor de pareja solo requiere su estudio como proceso biológico mediado por estructuras cerebrales, mientras que comprender la relación de pareja requiere analizar además de su componente biológico -el amor-, una comprensión socio-cultural de donde el individuo específico forma parte.

Ahora, ¿cuáles son los otros componentes de la relación de pareja?

Al componente de tipo biológico, el amor, se suman tres componentes de tipo social fundados en el lenguaje:

Compromiso
Consiste en el interés y responsabilidad que se siente por una pareja y por la decisión de mantener dichos intereses con el transcurso del tiempo pese a las posibles dificultades porque se cree en lo especial de la relación.
El compromiso suele crecer en la medida que pasa el tiempo de duración de la relación debido al aumento de la interdependencia personal y material entre ambos miembros.

Intimidad
Apoyo afectivo; conversar, contar cosas personales y profundas a la pareja; confianza, seguridad en el otro; temas y preferencias comunes; estar dispuesto a compartir en aspectos económicos, emocionales, etc.
Aumenta con el tiempo de duración de la relación debido a la reciprocidad de autorevelaciones y del número de metas, amistades, emociones, lugares, etc. compartidos.

Romance o pasión romántica
Conductas establecidas por cada sociedad como las adecuadas para generar atracción y posterior interés; conductas demostrativas del interés de pareja que un individuo tiene o mantiene en referencia  a otro.
Crece aceleradamente en los primeros años debido a la atracción física y las propias expectativas románticas. Posteriormente se produce una disminución por la convivencia, aumentando los efectos de habituación-saciación, disminución del deseo de seducir y ser seducido.


A manera de conclusión

La relación de pareja es una mezcla de biología y cultura, fundada en un principio en el amor, la atracción, y posteriormente en los componentes sociales, compromiso, intimidad y romance, cuando estos han tomado fuerza a través del tiempo, llegando a ser fundamentales para conservar la relación cuando el amor ha disminuido o incluso desaparecido.

Siendo posible establecer relaciones de pareja con base en uno solo de los componentes mencionados, solo en el amor, solo en el compromiso, la intimidad o el romance; o bien, en la mezcla de dos o más de tales elementos.

Hablando entonces de “relación de pareja”, el “amor SÍ existe”, claro que existe y lo experimentamos en la vida más de diez veces, probablemente cientos de veces si lo entendemos como necesidad fisiológica, como proceso cerebral en que intervienen neurotransmisores y que se manifiesta simplemente como deseo y atracción.  


Ahora, que en la relación de pareja exista el “amor verdadero”, aquel en que se logra el equilibrio entre biología y cultura: amor, compromiso, intimidad y romance… Bueno, sobre eso cabría debatir… En mi perspectiva, todo es posible si se tiene la disposición; la concreción de todo anhelo requiere trabajo y esfuerzo, es cuestión de decisión, voluntad y acción.

"Der Kuss"

Gustav Klimt. (1907-1908)

miércoles, 19 de agosto de 2015

el trabajo como derecho humano

Declaración Universal de Derechos Humanos - Organización de las Naciones Unidas

Artículo 23.

  • 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
  • 2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
  • 3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
  • 4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

El trabajo, más que un derecho humano, algo que nos hace humanos...


Fuente: Risa sin más

sábado, 15 de agosto de 2015

"Instrucciones para esperar", lo que me hizo pensar...


Qué es el teatro sino poesía que se expresa en voz alta y con movimiento del cuerpo... Qué es la poesía sino filosofía, sentir y reflexionar la propia existencia-vivencia individual y como humanidad...




"Esperando a Godot" inspira "Instrucciones para esperar", o Samuel Beckett inspira a Caín Coronado... Y a mí me ha movido la contemplación de "Instrucciones" para escribir estos renglones que no son afirmaciones, sino cuestiones, preguntas que se hacen para averiguar la verdad de algo:

* No a los macro relatos...

* Hoy es hoy, todo lo que tenemos es "hoy". No cabe ya esperar, esperar nada, no hay esperanza... Lo único seguro es la muerte; y esto que es lo único seguro no se espera, nadie "espera" la muerte, si por "esperar" entendemos "tener esperanza de conseguir lo que se desea"... nadie espera la muerte porque no es algo que "consigamos", queramos o no, hagamos lo que hagamos, nos será dada, tarde o temprano la muerte nos llega...

* No vamos ni venimos, no llegamos ni esperamos porque no hay macro relatos; dicen los posmodernos que hoy el pensamiento es "débil" porque tan solo vivimos el instante, la situación que se nos brinda sin pretensiones ni proyectos a gran escala...

* Lo importante es que estamos, no vamos a ningún lado, no esperamos, no nos alejamos ni aproximamos a meta alguna. Y en ese "estar" lo único cierto, claro y distinto es que estamos juntos y nos necesitamos: quizá la vida, vivir, transitar en este mundo consista en "jugar"; Ser/Estar se trata tal vez de hoy pasarla bien juntos. "Jugar", define la RAE, como el "hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o divertirse".

* Probablemente es "real" que las personas carecemos en la actualidad de grandes ideologías de pertenencia, proyectos universales por los cuales luchar y esperar-tener esperanza de su concreción... Y en ese sentido podría decirse que nuestro pensamiento es débil, pero hay algo que lo fortalece, conservamos valores universales: empatía, comunión, reciprocidad... -o al menos eso "espero"-.

* Parece que el objetivo no es ya transformar la realidad, construir un mejor futuro, cambiar el mundo, sino vivir hoy y aquí, el presente de la mejor manera: jugando juntos, como los personajes de "Instrucciones para esperar", cantando, brindando, bailando, distrayéndose con zapatos, historias, relatos y mitos, sombrillas...

* Nuevamente me ronda la idea de que esta vida es solo una "sala de espera" (y aquí "esperar" significa permanecer en un sitio donde se presume que ha de ocurrir algo) donde cada uno espera "su turno" distrayéndose, "matando el tiempo" con lo que más le gusta o interesa: unos comen, otros beben, otros crían, algunos estudian, pocos crean, unos ayudan, otros no e incluso molestan, construyen, fabrican, todos consumimos...

* El punto es, mientras pasamos "a mejor vida", "pasar esta vida" lo más leve posible, sin complicaciones, agobios ni dramas... En pocas palabras: pasarla bien juntos, jugar sin chingar...

* ¿Será?






miércoles, 12 de agosto de 2015

Trabajar - su reivindicación (tercera de tres partes)


Casi dos meses han pasado desde la última vez que escribí... en ese momento mis últimas palabras fueron: "... trabajo físico, manual, en contraposición al trabajo intelectual que siempre es mejor valorado y reconocido, mejor pagado..."

Es decir que además de la vivencia del trabajo como "condena" u "obligación", surge la oposición entre trabajo manual y trabajo intelectual, artes mecánicas vs. artes liberales, situación que enraíza en la dicotomía "manos"/"entendimiento", cuerpo/espíritu. 

División del trabajo en manual e intelectual con base en la cual y entre otros factores adquiere relevancia "la distinción de las clases" y las formas de relación que se entablan ente las mismas.

Donde, sin ahondar ni detallar en lo dicho hasta aquí, es posible afirmar que el carácter lastimoso atribuido al trabajo en general no corresponde al trabajo mismo sino a las condiciones sociales en las cuales se desarrolla. 

Al respecto cito palabras de John Dewey que encontré al consultar el diccionario filosófico, de N. Abbagnano:

"Es natural que la actividad sea agradable. La actividad tiende a encontrar una salida, y el encontrarla es en sí mismo satisfactorio porque indica un triunfo parcial. Si la actividad productiva se vuelve tan inherentemente insatisfactoria que los hombres necesitan ser inducidos artificialmente a desarrollarla, este hecho prueba ampliamente que las condiciones bajo las cuales se desenvuelve el trabajo obstaculizan el complejo de las actividades en lugar de promoverlas, exacerban y frustran las tendencias naturales en vez de orientarlas al goce, a la fruición." 

Se propone entonces reivindicar el rol que juega el trabajo en nuestras vidas, modificar-transformar nuestra vivencia del trabajo como aquello por lo que nos hacemos humanos: porque el hombre, como ser carente que es, para subsistir necesita de la naturaleza, de las cosas en el mundo, y es en tal proceso, en la producción de objetos para su subsistencia, en el trabajo, que el hombre no solo construye objetos sino que se construye a sí mismo, se realiza, se vuelve humano, porque no únicamente arranca productos a la naturaleza, sino que al intervenir en ella, la modifica, al mismo tiempo que establece relaciones sociales, por consiguiente el hombre no únicamente es un ser material -no solo vive de pan-, igualmente es un ser espiritual -posee facultades racionales, emotivas y volitivas-. 

En paráfrasis del diccionario antes mencionado y de acuerdo con la filosofía de Karl Marx: 

el trabajo no es solo el medio por el cual el hombre asegura su subsistencia, es la manifestación o producción de su vida, el trabajo es un determinado modo de vida, la producción y el trabajo no son condena para el hombre, son el hombre mismo, su modo específico de ser y de hacerse hombre; 
a su vez el trabajo hace del hombre un ente social porque lo pone en relación además de con la naturaleza, con los otros individuos, de esta forma las relaciones de producción y de trabajo constituyen la trama de la historia humana. 

Sintetizando, a través del trabajo el hombre se hace humano porque se eleva a la conciencia de sí mismo como individuo y como especie de naturaleza universal; el trabajo es medio y fin de sí: este es el núcleo a partir del cual se propone la Re-significación del trabajo, en la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt.

Sea este mi trabajo intelectual y físico durante los próximos cuatro años, y más...
¡Que la dicha e inspiración de nuestros genios predecesores 
me acompañe en el trayecto que hoy emprendo!









viernes, 19 de junio de 2015


Trabajar  - divina condena

(segunda de tres partes)




Trabajar de 10 a 12 horas por día y no ser suficiente, tener dos o tres trabajos, correr de uno a otro para ver si entre todos se acumula un ingreso que solvente los gastos necesarios más dos que tres “superfluos”…  

Pensar, creer, sentir, experimentar el hecho de trabajar únicamente porque se encuentra en esta actividad “el medio” para obtener recursos, “dinero” para vivir, hacer, para ser y existir…

Trabajar como “medio” y no como “fin en sí”, como algo que vale en tanto que permite acceder a algo que sí es fruitivo  y no como algo que en sí mismo es fruición; el trabajo como algo que vale por lo que “da” y no como algo que vale por lo que “es”…

Leyendo nuevamente el diccionario de N. Abbagnano: … el trabajo, maldición divina que siguió al pecado original, de acuerdo con la Biblia; mismo texto en que San Pablo sentencia: “Quien no quiera trabajar, que no coma…”

Vivir el trabajo únicamente como “medio” se asocia inmediata e irremediablemente a su concepción de “condena”, exigencia, pena, fatiga y hasta degradación especialmente cuando se trata de un trabajo físico, manual, en contraposición al trabajo intelectual que siempre es mejor valorado y reconocido, mejor pagado…



Fuente: Andrea Saracco Blog





P.d.- Sin queja ni lamento, solo en reconocimiento, aclaro que fue precisamente por mi horario laboral, por el trabajo físico e intelectual que implica y me cansa, que escribo hasta ahora en este mi blog…






domingo, 31 de mayo de 2015

Trabajar  (primera de tres partes)  







¿Qué es trabajar? ¿En qué consiste el trabajo?

Busco en la versión actualizada y aumentada el diccionario filosófico de N. Abbagnano, encuentro:

“La actividad dirigida a utilizar las cosas naturales o a modificar el ambiente con el fin de satisfacer las necesidades humanas.”

Concepto que, siguiendo el mismo texto, implica:
1) dependencia del hombre, en cuanto a su vida y a sus intereses, de la naturaleza, lo que constituye la necesidad
2) reacción activa a esta dependencia, constituida por operaciones más o menos complejas dirigidas a la elaboración o a la utilización de los elementos naturales
3) grado más o menos alto de esfuerzo, pena o fatiga, que constituye el costo humano del trabajo

(Hasta aquí nada se menciona sobre “el pago”, “la remuneración monetaria” que suponemos siempre corresponde al trabajo…)

Enseguida se desprende de la tercera implicación, me refiero al último aspecto mencionado: “esfuerzo-pena-fatiga”, la concepción del trabajo, del acto de trabajar como condena, castigo, pesada y lastimosa obligación…






miércoles, 20 de mayo de 2015

la verdad es "perspectivística"

La verdad no es absoluta-objetiva ni relativa-subjetiva, 
ES PERSPECTIVÍSTICA


Me gusta leer porque al hacerlo encuentro en voz de otros las palabras exactas que describen lo que vivo, lo que pienso y siento; pero más aún me gusta la lectura porque a través de ella conozco a personas que confirman mis pensamientos, otras que me cuestionan y retan a que fundamente mis aseveraciones, y unas más que iluminan para mí senderos que yo ni siquiera imaginaba.

Al leer, de una u otra forma se establece una conversación entre el autor y sus amables lectores; diálogo que la mayor parte de las veces se queda “en la mente”, en el interior de uno como lector, pero que en esta ocasión decido externar. Es así que justo ahora escribo como ejercicio de una lectura-diálogo, específicamente en interlocución con un texto que agradablemente descubrí en el No. 97 de “Elementos”, titulado: ¿Es la realidad objetiva o relativa?, por Sergio Antonio Salazar Lozano. 

Paralelamente sirva esto también para explicitar qué hace la filosofía, de manera está presente en nuestras vidas, por qué sí es útil. Con lo que de una u otra manera integro a nuestra plática un artículo más de la misma revista: “La cercanía del mundo. Reflexiones sobre el decir filosófico”, por Ángel Xolocotzi Yáñez, quien en los primeros párrafos refiere la imagen generalizada sobre la filosofía como algo “… que no sirve para nada y que solo se trata de puro <rollo>.” (Xolocotzi Yáñez, A.: 2015, pp. 15); imagen que es resultado de la incomprensión del decir filosófico, aunada esta al cuestionamiento sobre la utilidad de la filosofía, su pertinencia.    


Problematización del conocimiento (la filosofía analiza)

El conocimiento que tenemos de las cosas, del mundo, del universo o de la realidad, como quiera que se le llame, supone siempre la relación entre sujeto y objeto, quien intenta comprender y lo que este intenta comprender, sujeto cognoscente y objeto por conocer. Relación que los filósofos han problematizado a través de la historia en torno a distintas cuestiones, entre ellas: la posibilidad del conocimiento, ¿realmente puede el sujeto conocer al objeto, aprehender su esencia?; su origen, ¿cuál es la fuente del conocimiento, la razón o la experiencia?; esencia del conocimiento, ¿es el sujeto el que determina al objeto o al revés?; formas del conocimiento, ¿cuál es la diferencia entre conocimiento discursivo e intuitivo?; conocimiento verdadero, ¿qué debemos entender por verdad y cuáles son sus criterios?

A su vez tales cuestiones han sido estudiadas desde tres puntos de vista: ontológico, si se estudia el conocimiento desde el objeto; psicológico, cuando se le aborda desde el sujeto, en tanto que se considera al conocimiento como un fenómeno de conciencia o fenómeno psíquico, y; lógico, si el conocimiento es analizado desde la imagen o representación del objeto que se produce en el sujeto cuando la inteligencia se proyecta sobre el objeto, esto es, a partir de las ideas o conceptos.

De tal suerte que analizar detenidamente el fenómeno del conocimiento se convertiría en estudio aparte, además no es este el objetivo de mi escrito, por lo que al respecto solo menciono  que el debate entre la objetividad o relatividad de la realidad, corresponde a la primera de las cuestiones antes planteadas, a saber, la posibilidad del conocimiento; donde si se adopta el punto de vista ontológico, se trata entonces del “racionalismo”, doctrina filosófica que a la pregunta ¿realmente puede el sujeto conocer al objeto, aprehender su esencia?, responde: es posible conocer las cosas en su ser verdadero, en sí, en su esencia; el sujeto es capaz de aprehender al objeto directamente, sin deformaciones, conocer la realidad tal cual es, a través de la razón, órgano determinado para el conocimiento, respuesta que se vincula con el “dogmatismo”; ahora bien, si se adopta el punto de vista psicológico, se cae en el “escepticismo” postura de la doctrina filosófica conocida como “empirismo”, que niega la posibilidad del conocimiento verdadero al afirmar que el sujeto no puede aprehender al objeto, que no hay saber firme ni opinión absolutamente segura porque en todo momento el conocimiento está influido por la naturaleza del sujeto, los órganos del conocimiento (inteligencia y/o sentidos) y por las circunstancias exteriores (tiempo, lugar y ambiente).


Posibilidad del conocimiento
¿realmente puede el sujeto conocer al objeto, aprehender su esencia?
Doctrina filosófica
Punto de vista
Respuesta
Racionalismo
Ontológico
Dogmatismo
Es posible conocer las cosas en su ser verdadero, en sí, en su esencia; el sujeto es capaz de aprehender al objeto directamente, sin deformaciones, conocer la realidad tal cual es, a través de la razón, órgano determinado para el conocimiento.
Empirismo
Psicológico
Escepticismo
No es posible el conocimiento verdadero. El sujeto no puede aprehender al objeto, no hay saber firme ni opinión absolutamente segura porque en todo momento el conocimiento está influido por la naturaleza del sujeto, los órganos del conocimiento (inteligencia y/o sentidos) y por las circunstancias exteriores (tiempo, lugar y ambiente).


Acorde con lo anterior la defensa de la verdad objetiva o absoluta corresponde al racionalismo, en tanto que su oposición, la verdad subjetiva o relativa, se identifica con el empirismo.


Verdad perspectivística (la filosofía propone)

Debo aclarar que la discusión entre verdad absoluta y relativa, en otros términos conocimiento objetivo de la realidad y conocimiento subjetivo de la misma,  en cierto sentido es cosa ya del pasado, porque aun cuando tuvo auge en la modernidad -e indiscutiblemente predominó el racionalismo- hoy día y para muchos -entre quienes me encuentro- ha sido superada con la propuesta del filósofo español José Ortega y Gasset: la verdad parcial o perspectivística.

Teoría filosófica basada en las siguientes premisas:
- el punto de vista correcto para analizar la verdad, el conocimiento que tenemos de la realidad,  no es el ontológico (desde el objeto) ni el psicológico (desde el sujeto), debido a que el fenómeno del conocimiento tiene lugar siempre en la existencia  simultánea de ambos, por lo que cabe afirmar que  el fundamento del conocimiento no es unilateral (exclusivamente en el objeto o en el sujeto) sino correlacional
- es decir que sujeto y objeto coexisten, integran una y la misma realidad, el sujeto no puede desligarse, menos aún separarse, de su mundo circundante; “Vivir, existir, no es estar solo, sino al revés, no poder estar solo consigo, sino hallarse cercado, inseguro y prisionero de otra cosa misteriosa, heterogénea, la circunstancia, el Universo.” (Ortega y Gasset: 1988, pp. 472)
- existe el sujeto inseparablemente del objeto, y viceversa; de este modo, cobro consciencia de mi “yo” por lo que es el “no yo”, me “doy cuenta de mí” por las cosas que me rodean, “Por tanto: la verdad radical es la coexistencia de mí con el mundo. Existir es primordialmente coexistir -es ver yo algo que no soy yo, amar yo a otro ser, sufrir yo de las cosas.” (Ortega y Gasset: 2012, pp. 122)

Sintetizando, se trata de una interdependencia entre sujeto y objeto, de una correlación, coexistencia entre ambos a partir de la cual es posible afirmar que “yo soy yo y las cosas”, “yo soy yo y mi circunstancia”, esta la auténtica realidad del hombre, afirma Ortega y Gasset: siempre en correlación con los objetos, con el mundo que le rodea.

Ahora bien, desde este punto de vista en que sujeto y objeto coexisten, son interdependientes, el racionalismo en su consideración de la verdad absoluta se equivoca porque al afirmar que el hombre es de naturaleza racional y que es mediante sus actividades intelectuales que descubre las esencias universales e inmutables de las cosas, o sea la verdad absoluta, olvida la vida real y concreta en que el individuo humano es igualmente, además de racional, emotivo y con voluntad; el racionalismo no contempla que el hombre conoce en virtud de la razón tanto como de la emoción y la voluntad, correspondiendo a estas tres facultades la misma valía; del mismo modo el empirismo que aboga por la verdad relativa yerra en la aseveración de que el hombre, único sujeto de pensamiento, es siempre singular y concreto, que cada cual posee su verdad y nunca existirán verdades universales, válidas para todos los individuos, sino únicamente verdades relativas.

Pero, si la verdad no es absoluta y tampoco existen verdades relativas, ¿de qué manera entonces debemos considerar el conocimiento de la realidad, cómo es la verdad?

Hay más de dos opciones, en este caso, racionalismo, relativismo; la balanza no tiene porque inclinarse hacia uno de los extremos, siempre está la posibilidad del equilibrio, una tercera opción, otra forma de comprender e interpretar el mundo, de concebir el conocimiento sobre la realidad, la verdad: REALIDAD, CONOCIMIENTO Y VERDAD SON PERSPECTIVÍSTICOS; la realidad se presenta en múltiples aspectos, cada ser humano conoce desde una cierta circunstancia, por ende cada quien conoce una parte de la realidad, posee una parte de la verdad; la verdad es parcial, no completa, es histórica, circunstancial, perspectivística.

Dicho por Ortega y Gasset: “La verdad, lo real, el universo, la vida –como queráis llamarlo- se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo… Y viceversa: cada hombre tiene una visión de verdad. Donde está mi pupila no está otra: lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos necesarios. ‘Solo entre todos los hombres llega a ser vivido lo humano’.” (Ortega y Gasset: 1988, pp. 18 y 19)

Probablemente no queda claro, esta verdad perspectivística, esta verdad parcial no parece diferenciarse de la verdad relativa. Lo explico en otros términos: en su ser y estar en el mundo, el hombre se ve obligado a satisfacer necesidades y resolver problemas que implica la propia existencia; innegablemente, de acuerdo con Ortega y Gasset, estamos como “arrojados” a la vida, no elegimos vivir en el mundo y tampoco escogimos la circunstancia en que vivimos, así, en cierto sentido estamos determinados, no obstante tenemos libertad, podemos decidir, elegir entre múltiples posibilidades, distintas formas de satisfacer nuestras necesidades y resolver los problemas que se nos presentan; situación que exige nuestro esfuerzo cognoscitivo. De esta forma, la razón se esfuerza por conocer y adaptarse a la realidad, por comprender la totalidad; el ser humano se esfuerza por conocer la verdad de sí y del mundo que le rodea -esto explica el surgimiento de la filosofía y las ciencias-, constantemente el hombre vive el impulso por comprenderse a sí mismo y a las cosas que le acompañan.

Consecuentemente, dirán algunos, si la vida de cada persona, es singular, concreta y única, si cada uno de nosotros inseparablemente es, existe, vive, convive con una determinada circunstancia, entonces el conocimiento que cada quien tenga sobre la realidad, la comprensión que cada quien logre sobre la totalidad, será única y exclusivamente sobre “su realidad”, “su totalidad”, será entonces “su verdad”, será una verdad relativa, la relativa a él y a su circunstancia.

No es así, objetaría Ortega y Gasset, falta algo por decir: mi circunstancia se incluye en otra más amplia, y esta en otra aún mayor, y así sucesivamente hasta integrar lo que llamamos Mundo o Universo. Es decir, lo que llamamos totalidad, Uni-verso, a lo que corresponde el conocimiento de la verdad absoluta, se constituye de partes, de Multi-versos, y les corresponde el conocimiento de la verdad parcial, la verdad perspectivística. No sucede que cada uno de nosotros tenga “su verdad”, sino “una parte”, “una perspectiva” de la verdad, de tal suerte que al incluir mi circunstancia, la verdad parcial que yo conozco, en una circunstancia, en una verdad parcial, mayores, y continuando así de manera sucesiva, llegará un punto en el que unidas integradas todas nuestras circunstancias, todas las verdades parciales que conocemos, alcanzaremos la totalidad, la integración del Universo, el conocimiento de la realidad, la comprensión de la totalidad.


Formas de concebir la verdad
Absoluta
Relativa
Existe una totalidad, un Universo, una sola verdad. A cada individuo es asequible el conocimiento de la verdad.
Existe la multiplicidad, múltiples universos, y por tanto, múltiples verdades. Cada individuo conoce, tiene, su verdad.
Punto de equilibrio: verdad parcial o perspectivística
Existe una totalidad integrada, constituida por la multiplicidad, un Universo conformado por Multi-versos.
La verdad se integra, se forma de partes, de verdades parciales. Cada individuo posee una parte de la verdad, una verdad parcial, que al integrarla, al unirla con las verdades parciales de los otros,
accede al conocimiento de la realidad, a la comprensión de la totalidad.


Algunas puntualizaciones que derivan de esta filosofía: “el perspectivismo”

Continúo con mi ejercicio lectura-diálogo-escritura: en el propio texto referido, “¿Es la realidad objetiva o relativa?”, encuentro un argumento y dos claros ejemplos que fuerzan “el perspectivismo”:

Sobre el argumento cito: “Aunque en problemas altamente complejos conocer la realidad de manera objetiva pueda escapar de nuestras capacidades, podemos aspirar a aprehender aproximaciones de la realidad, incluso a perfeccionar nuestro conocimiento de ella; una vez más, nada de lo anterior invalida la existencia de una realidad objetiva, solo resalta la dificultad de conocerla y probablemente la necesidad de acceder a ella de forma gradual.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 12) Tales aproximaciones se identifican con lo que anteriormente llamamos “verdades parciales”, lo mencionado como posibilidad de perfeccionar nuestro conocimiento equivaldría a “circunscribir nuestra verdad parcial en una verdad mayor, y así sucesivamente hasta alcanzar la verdad total”, -generalmente nombrada como verdad absoluta o realidad objetiva-; todo lo cual, estoy de acuerdo, muestra la necesidad de acceder a la verdad, al conocimiento de la realidad, “por partes”, gradualmente, en “verdades parciales”.

De manera que cada uno de nosotros posee una “verdad parcial”, ha logrado una cierta aproximación a la realidad, es cuestión de perspectivismo; estos son los ejemplos: el primero, “Por lo que Italia no ve a Canopus, que es visible en Egipto. E Italia ve la última estrella de Fluvius, que no es visible en eta región situada en una zona más frígida.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 4); el segundo, “Adiciona a esto el hecho que los habitantes del Este no perciben los eclipses de la tarde del sol y la luna; así como los habitantes del Oeste no perciben los eclipses de la mañana; mientras que para aquellos que viven en la región media –algunos los ven más temprano y otros más tarde.”  (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 5)
 
Descubro también en el texto citado, algunas ideas que deseo comentar:

- Aspiración a la objetividad - citando a los autores del libro “Objectivity” se define la objetividad como el conocimiento que “no arrastra ninguna traza del conocedor”, es decir, que no está marcado por prejuicios, habilidades, fantasías, juicios, deseos ni ambiciones; donde Salazar señala que aun cuando esto es “sumamente complicado” puesto que “jamás será sencillo suprimir nuestros impulsos o inclinaciones en aras de la objetividad”, sí es “el ideal”. Al respecto coincido en que dicha objetividad constituye un ideal, pero es eso y solo eso, un ideal, porque en el fenómeno del conocimiento no es posible aislar al objeto por conocer del sujeto que conoce, como tampoco es factible escindir al sujeto en “inteligencia” por un lado y “emotividad-voluntad por otro, para arrojar a la segunda en el olvido cada vez que se pretenda conocer “objetivamente,” “sin trazas del conocedor”. En el conocimiento coexisten siempre sujeto y objeto, como en el sujeto coexisten en todo momento razón y corazón.

- Sobre los valores - “Ciertamente algunas áreas de las humanidades son más propensas a mantener posturas relativistas.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 8), afirma nuestro autor y ofrece como muestra la relatividad presente en nuestra percepción de la belleza, donde lo que para uno es “un tesoro” para alguien más puede carecer de valor, situación que evidencia el relativismo en el valor. Hablar de “valores”, qué son, qué hace valioso a un objeto, si las cosas valen por sí mismas o somos nosotros quienes les dotamos de valor, cuáles son los tipos de valores y en qué consiste cada uno de ellos, ahondar en los valores y sus respectivos contravalores… constituye materia de estudio de la Axiología, disciplina filosófica especializada en todo lo relacionado al valor, por lo que sin profundizar sobre ello, me limito a esta afirmación: “los valores tampoco son objetivos ni subjetivos, igual que la verdad son perspectivísticos”.

- “Cultura relativista” y sus implicaciones morales - “Hoy todo el mundo opina y  a todos se les tiende a dar el mismo peso como si todas las opiniones fueran igualmente válidas.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 8)  Ciertamente en la actualidad priva la tendencia por escuchar todas las voces afirmando que todas ellas son igualmente válidas; tendencia que parece cimentarse en la aseveración de que “todos somos iguales y tenemos los mismos derechos”. Sin cuestionar la verdad o falsedad de tal sentencia, debiéramos distinguir primero entre validez y valía: toda opinión es válida en tanto no es falaz y se estructura conforme a las leyes de la lógica, y es  valiosa siempre que atiende al bienestar común, siempre que es reflejo de la conciencia social que nos permite vivir y convivir en armonía. Por lo tanto, para referirnos a la moralidad que determina el bien y el mal según la conveniencia o no de quien actúa, es decir, “sus propios intereses”, sería más exacto emplear los términos “moralidad sin conciencia social” en lugar de “moralidad relativa”.  

- Ciencia - “Si la realidad fuera relativa, la naturaleza, no sería reproducible, no presentaría exactamente los mismos patrones ni se podría predecir una vez que la entendiéramos. La ciencia, que se dedica a entender la naturaleza, no podría existir.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 11) Probablemente sea así, que la “objetividad” de la realidad, que la “verdad absoluta” de la naturaleza haga posible la existencia de la ciencia, pero no al revés; que tengamos ciencia no es argumento infalible sobre la objetividad de la realidad, porque el conocimiento científico como todo conocimiento, es resultado de la correlación sujeto-objeto, y el sujeto se conforma en la coexistencia inteligencia-emotividad-voluntad. Dicho de otro modo, la ciencia siempre contiene un ingrediente subjetivo; polémica afirmación de Thomas S. Kuhn en el libro “La estructura de las revoluciones científicas”, donde cuestiona el fundamento objetivo de la ciencia.

- El caso de Madeline Kara Neumann- En mi perspectiva, aquí se discute otra cuestión, la ríspida relación entre razón y fe. En torno a lo cual sería interesante escuchar la plática entre un conocido alemán “no creyente”, Jürgen Habermas, y otro muy conocido alemán “sí creyente”, Joseph Ratzinger, me refiero a la lectura de “Entre razón y religión. Dialéctica de la secularización”.


Perspectivismo y democracia (la filosofía sirve, está vigente)

Ya en lo político-social y guardando la debida distancia, en una prudente analogía, postular la verdad absoluta, la realidad objetiva, se traduce en  la defensa del autoritarismo, absolutismo, tiranía o dictadura, donde “la verdad” es una y todos se tienen que ajustar a ella, donde “un solo modo de vida es aceptable”; apostar por el otro extremo, la verdad relativa, la realidad subjetiva, equivale a la anarquía en que la existencia de “múltiples verdades” permite a cada uno hacer lo que puede y como quiere, donde “todos los modos de vida debieran ser aceptados”.

Situación, balanza cuyo punto de equilibrio radica en el perspectivismo, la democracia en que particulares y múltiples formas de ser y estar en el mundo (verdades parciales, Multi-versos)  coexisten y se suscriben a una forma de ser y estar en el mundo general y única: la comunidad, el bienestar colectivo (verdad total, Uni-verso).
Miro hacia la democracia genuina donde la pluralidad diversa se armoniza, donde las voluntades individuales se sujetan a una mayor, la voluntad social, porque reconocen su coexistencia e interdependencia, porque son conscientes profunda y plenamente de su ser social.

Así que detrás de la democracia se encuentra la filosofía del perspectivismo, que no lo veamos, parafraseando a Salazar Lozano, no vuelve al hecho una mentira. La filosofía sustenta nuestra vida, está vigente; y en la persuasión de esto a los otros, contribuye, como lo hace Xolocotzi Yánez, analizar el decir filosófico.

Concluyo mi intervención en este diálogo solicitándote, amable lector, que consideres palabras como una parte de la verdad, como una contribución en la búsqueda de la verdad total, el conocimiento auténtico de la realidad.  






Bibliografía:
1. Ortega y Gasset, José (1988). “En el centenario de una universidad”, Obras completas Vol. 5. España, Ed. Alianza.
2. Ortega y Gasset, José (1988). “Verdad y perspectiva”, Obras completas Vol. 2. España, Ed. Alianza.
3. Salazar Lozano, Sergio Antonio (2015). ¿Es la realidad objetiva o relativa?. “Elementos” 97: 3-14
4. Xolocotzi Yánez, Ángel (2015). La cercanía del mundo. Reflexiones sobre el decir filosófico. “Elementos” 97: 15-19