La verdad no es absoluta-objetiva
ni relativa-subjetiva,
ES PERSPECTIVÍSTICA
Me
gusta leer porque al hacerlo encuentro en voz de otros las palabras exactas que
describen lo que vivo, lo que pienso y siento; pero más aún me gusta la lectura
porque a través de ella conozco a personas que confirman mis pensamientos,
otras que me cuestionan y retan a que fundamente mis aseveraciones, y unas más
que iluminan para mí senderos que yo ni siquiera imaginaba.
Al
leer, de una u otra forma se establece una conversación entre el autor y sus
amables lectores; diálogo que la mayor parte de las veces se queda “en la
mente”, en el interior de uno como lector, pero que en esta ocasión decido
externar. Es así que justo ahora escribo como ejercicio de una lectura-diálogo,
específicamente en interlocución con un texto que agradablemente descubrí en el
No. 97 de “Elementos”, titulado: ¿Es la realidad objetiva o relativa?, por
Sergio Antonio Salazar Lozano.
Paralelamente
sirva esto también para explicitar qué hace la filosofía, de manera está
presente en nuestras vidas, por qué sí es útil. Con lo que de una u otra manera
integro a nuestra plática un artículo más de la misma revista: “La cercanía del
mundo. Reflexiones sobre el decir filosófico”, por Ángel Xolocotzi Yáñez, quien
en los primeros párrafos refiere la imagen generalizada sobre la filosofía como
algo “… que no sirve para nada y que solo se trata de puro <rollo>.”
(Xolocotzi Yáñez, A.: 2015, pp. 15); imagen que es resultado de la
incomprensión del decir filosófico, aunada esta al cuestionamiento sobre la
utilidad de la filosofía, su pertinencia.
Problematización del
conocimiento (la filosofía analiza)
El
conocimiento que tenemos de las cosas, del mundo, del universo o de la
realidad, como quiera que se le llame, supone siempre la relación entre sujeto
y objeto, quien intenta comprender y lo que este intenta comprender, sujeto
cognoscente y objeto por conocer. Relación que los filósofos han problematizado
a través de la historia en torno a distintas cuestiones, entre ellas: la
posibilidad del conocimiento, ¿realmente puede el sujeto conocer al objeto,
aprehender su esencia?; su origen, ¿cuál es la fuente del conocimiento, la
razón o la experiencia?; esencia del conocimiento, ¿es el sujeto el que
determina al objeto o al revés?; formas del conocimiento, ¿cuál es la
diferencia entre conocimiento discursivo e intuitivo?; conocimiento verdadero,
¿qué debemos entender por verdad y cuáles son sus criterios?
A
su vez tales cuestiones han sido estudiadas desde tres puntos de vista:
ontológico, si se estudia el conocimiento desde el objeto; psicológico, cuando
se le aborda desde el sujeto, en tanto que se considera al conocimiento como un
fenómeno de conciencia o fenómeno psíquico, y; lógico, si el conocimiento es
analizado desde la imagen o representación del objeto que se produce en el
sujeto cuando la inteligencia se proyecta sobre el objeto, esto es, a partir de
las ideas o conceptos.
De
tal suerte que analizar detenidamente el fenómeno del conocimiento se
convertiría en estudio aparte, además no es este el objetivo de mi escrito, por
lo que al respecto solo menciono que el
debate entre la objetividad o relatividad de la realidad, corresponde a la
primera de las cuestiones antes planteadas, a saber, la posibilidad del
conocimiento; donde si se adopta el punto de vista ontológico, se trata
entonces del “racionalismo”, doctrina filosófica que a la pregunta ¿realmente
puede el sujeto conocer al objeto, aprehender su esencia?, responde: es posible
conocer las cosas en su ser verdadero, en sí, en su esencia; el sujeto es capaz
de aprehender al objeto directamente, sin deformaciones, conocer la realidad
tal cual es, a través de la razón, órgano determinado para el conocimiento,
respuesta que se vincula con el “dogmatismo”; ahora bien, si se adopta el punto
de vista psicológico, se cae en el “escepticismo” postura de la doctrina
filosófica conocida como “empirismo”, que niega la posibilidad del conocimiento
verdadero al afirmar que el sujeto no puede aprehender al objeto, que no hay
saber firme ni opinión absolutamente segura porque en todo momento el
conocimiento está influido por la naturaleza del sujeto, los órganos del
conocimiento (inteligencia y/o sentidos) y por las circunstancias exteriores
(tiempo, lugar y ambiente).
Posibilidad del conocimiento
¿realmente puede el sujeto conocer al
objeto, aprehender su esencia?
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Doctrina
filosófica
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Punto
de vista
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Respuesta
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Racionalismo
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Ontológico
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Dogmatismo
Es
posible conocer las cosas en su ser verdadero, en sí, en su esencia; el sujeto
es capaz de aprehender al objeto directamente, sin deformaciones, conocer la
realidad tal cual es, a través de la razón, órgano determinado para el
conocimiento.
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Empirismo
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Psicológico
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Escepticismo
No
es posible el conocimiento verdadero. El sujeto no puede aprehender al
objeto, no hay saber firme ni opinión absolutamente segura porque en todo
momento el conocimiento está influido por la naturaleza del sujeto, los
órganos del conocimiento (inteligencia y/o sentidos) y por las circunstancias
exteriores (tiempo, lugar y ambiente).
|
Acorde
con lo anterior la defensa de la verdad objetiva o absoluta corresponde al
racionalismo, en tanto que su oposición, la verdad subjetiva o relativa, se
identifica con el empirismo.
Verdad
perspectivística
(la filosofía propone)
Debo
aclarar que la discusión entre verdad absoluta y relativa, en otros términos
conocimiento objetivo de la realidad y conocimiento subjetivo de la misma, en cierto sentido es cosa ya del pasado, porque
aun cuando tuvo auge en la modernidad -e indiscutiblemente predominó el
racionalismo- hoy día y para muchos -entre quienes me encuentro- ha sido
superada con la propuesta del filósofo español José Ortega y Gasset: la verdad
parcial o perspectivística.
Teoría
filosófica basada en las siguientes premisas:
-
el punto de vista correcto para analizar la verdad, el conocimiento que tenemos
de la realidad, no es el ontológico
(desde el objeto) ni el psicológico (desde el sujeto), debido a que el fenómeno
del conocimiento tiene lugar siempre en la existencia simultánea de ambos, por lo que cabe afirmar
que el fundamento del conocimiento no es
unilateral (exclusivamente en el objeto o en el sujeto) sino correlacional
-
es decir que sujeto y objeto coexisten, integran una y la misma realidad, el
sujeto no puede desligarse, menos aún separarse, de su mundo circundante;
“Vivir, existir, no es estar solo, sino al revés, no poder estar solo consigo,
sino hallarse cercado, inseguro y prisionero de otra cosa misteriosa,
heterogénea, la circunstancia, el Universo.” (Ortega y Gasset: 1988, pp. 472)
-
existe el sujeto inseparablemente del objeto, y viceversa; de este modo, cobro
consciencia de mi “yo” por lo que es el “no yo”, me “doy cuenta de mí” por las
cosas que me rodean, “Por tanto: la verdad radical es la coexistencia de mí con
el mundo. Existir es primordialmente coexistir -es ver yo algo que no soy yo,
amar yo a otro ser, sufrir yo de las cosas.” (Ortega y Gasset: 2012, pp. 122)
Sintetizando,
se trata de una interdependencia entre sujeto y objeto, de una correlación,
coexistencia entre ambos a partir de la cual es posible afirmar que “yo soy yo
y las cosas”, “yo soy yo y mi circunstancia”, esta la auténtica realidad del
hombre, afirma Ortega y Gasset: siempre en correlación con los objetos, con el
mundo que le rodea.
Ahora
bien, desde este punto de vista en que sujeto y objeto coexisten, son
interdependientes, el racionalismo en su consideración de la verdad absoluta se
equivoca porque al afirmar que el hombre es de naturaleza racional y que es
mediante sus actividades intelectuales que descubre las esencias universales e
inmutables de las cosas, o sea la verdad absoluta, olvida la vida real y
concreta en que el individuo humano es igualmente, además de racional, emotivo
y con voluntad; el racionalismo no contempla que el hombre conoce en virtud de
la razón tanto como de la emoción y la voluntad, correspondiendo a estas tres
facultades la misma valía; del mismo modo el empirismo que aboga por la verdad
relativa yerra en la aseveración de que el hombre, único sujeto de pensamiento,
es siempre singular y concreto, que cada cual posee su verdad y nunca existirán
verdades universales, válidas para todos los individuos, sino únicamente
verdades relativas.
Pero,
si la verdad no es absoluta y tampoco existen verdades relativas, ¿de qué
manera entonces debemos considerar el conocimiento de la realidad, cómo es la
verdad?
Hay
más de dos opciones, en este caso, racionalismo, relativismo; la balanza no
tiene porque inclinarse hacia uno de los extremos, siempre está la posibilidad
del equilibrio, una tercera opción, otra forma de comprender e interpretar el
mundo, de concebir el conocimiento sobre la realidad, la verdad: REALIDAD,
CONOCIMIENTO Y VERDAD SON PERSPECTIVÍSTICOS; la realidad se presenta en
múltiples aspectos, cada ser humano conoce desde una cierta circunstancia, por
ende cada quien conoce una parte de la realidad, posee una parte de la verdad;
la verdad es parcial, no completa, es histórica, circunstancial,
perspectivística.
Dicho
por Ortega y Gasset: “La verdad, lo real, el universo, la vida –como queráis
llamarlo- se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada
una de las cuales da hacia un individuo… Y viceversa: cada hombre tiene una
visión de verdad. Donde está mi pupila no está otra: lo que de la realidad ve
mi pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos necesarios. ‘Solo entre
todos los hombres llega a ser vivido lo humano’.” (Ortega y Gasset: 1988, pp.
18 y 19)
Probablemente
no queda claro, esta verdad perspectivística, esta verdad parcial no parece
diferenciarse de la verdad relativa. Lo explico en otros términos: en su ser y
estar en el mundo, el hombre se ve obligado a satisfacer necesidades y resolver
problemas que implica la propia existencia; innegablemente, de acuerdo con
Ortega y Gasset, estamos como “arrojados” a la vida, no elegimos vivir en el
mundo y tampoco escogimos la circunstancia en que vivimos, así, en cierto
sentido estamos determinados, no obstante tenemos libertad, podemos decidir,
elegir entre múltiples posibilidades, distintas formas de satisfacer nuestras
necesidades y resolver los problemas que se nos presentan; situación que exige
nuestro esfuerzo cognoscitivo. De esta forma, la razón se esfuerza por conocer
y adaptarse a la realidad, por comprender la totalidad; el ser humano se
esfuerza por conocer la verdad de sí y del mundo que le rodea -esto explica el
surgimiento de la filosofía y las ciencias-, constantemente el hombre vive el
impulso por comprenderse a sí mismo y a las cosas que le acompañan.
Consecuentemente,
dirán algunos, si la vida de cada persona, es singular, concreta y única, si
cada uno de nosotros inseparablemente es, existe, vive, convive con una
determinada circunstancia, entonces el conocimiento que cada quien tenga sobre
la realidad, la comprensión que cada quien logre sobre la totalidad, será única
y exclusivamente sobre “su realidad”, “su totalidad”, será entonces “su
verdad”, será una verdad relativa, la relativa a él y a su circunstancia.
No
es así, objetaría Ortega y Gasset, falta algo por decir: mi circunstancia se
incluye en otra más amplia, y esta en otra aún mayor, y así sucesivamente hasta
integrar lo que llamamos Mundo o Universo. Es decir, lo que llamamos totalidad,
Uni-verso, a lo que corresponde el conocimiento de la verdad absoluta, se
constituye de partes, de Multi-versos, y les corresponde el conocimiento de la
verdad parcial, la verdad perspectivística. No sucede que cada uno de nosotros
tenga “su verdad”, sino “una parte”, “una perspectiva” de la verdad, de tal
suerte que al incluir mi circunstancia, la verdad parcial que yo conozco, en
una circunstancia, en una verdad parcial, mayores, y continuando así de manera
sucesiva, llegará un punto en el que unidas integradas todas nuestras
circunstancias, todas las verdades parciales que conocemos, alcanzaremos la
totalidad, la integración del Universo, el conocimiento de la realidad, la
comprensión de la totalidad.
Formas de concebir la verdad
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Absoluta
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Relativa
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Existe
una totalidad, un Universo, una sola verdad. A cada individuo es asequible el
conocimiento de la verdad.
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Existe
la multiplicidad, múltiples universos, y por tanto, múltiples verdades. Cada
individuo conoce, tiene, su verdad.
|
Punto
de equilibrio: verdad parcial o perspectivística
|
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Existe
una totalidad integrada, constituida por la multiplicidad, un Universo
conformado por Multi-versos.
La
verdad se integra, se forma de partes, de verdades parciales. Cada individuo
posee una parte de la verdad, una verdad parcial, que al integrarla, al
unirla con las verdades parciales de los otros,
accede
al conocimiento de la realidad, a la comprensión de la totalidad.
|
Algunas
puntualizaciones que derivan de esta filosofía: “el perspectivismo”
Continúo
con mi ejercicio lectura-diálogo-escritura: en el propio texto referido, “¿Es
la realidad objetiva o relativa?”, encuentro un argumento y dos claros ejemplos
que fuerzan “el perspectivismo”:
Sobre
el argumento cito: “Aunque en problemas altamente complejos conocer la realidad
de manera objetiva pueda escapar de nuestras capacidades, podemos aspirar a
aprehender aproximaciones de la realidad, incluso a perfeccionar
nuestro conocimiento de ella; una vez más, nada de lo anterior invalida la
existencia de una realidad objetiva, solo resalta la dificultad de conocerla y
probablemente la necesidad de acceder a ella de forma gradual.” (Salazar
Lozano, S. A.: 2015, pp. 12) Tales aproximaciones se identifican con lo que
anteriormente llamamos “verdades parciales”, lo mencionado como posibilidad de
perfeccionar nuestro conocimiento equivaldría a “circunscribir nuestra verdad
parcial en una verdad mayor, y así sucesivamente hasta alcanzar la verdad
total”, -generalmente nombrada como verdad absoluta o realidad objetiva-; todo
lo cual, estoy de acuerdo, muestra la necesidad de acceder a la verdad, al
conocimiento de la realidad, “por partes”, gradualmente, en “verdades
parciales”.
De
manera que cada uno de nosotros posee una “verdad parcial”, ha logrado una
cierta aproximación a la realidad, es cuestión de perspectivismo; estos son los
ejemplos: el primero, “Por lo que Italia no ve a Canopus, que es visible en
Egipto. E Italia ve la última estrella de Fluvius, que no es visible en eta
región situada en una zona más frígida.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 4);
el segundo, “Adiciona a esto el hecho que los habitantes del Este no perciben
los eclipses de la tarde del sol y la luna; así como los habitantes del Oeste
no perciben los eclipses de la mañana; mientras que para aquellos que viven en
la región media –algunos los ven más temprano y otros más tarde.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 5)
Descubro
también en el texto citado, algunas ideas que deseo comentar:
-
Aspiración a la objetividad - citando a los autores del libro “Objectivity” se
define la objetividad como el conocimiento que “no arrastra ninguna traza del
conocedor”, es decir, que no está marcado por prejuicios, habilidades,
fantasías, juicios, deseos ni ambiciones; donde Salazar señala que aun cuando
esto es “sumamente complicado” puesto que “jamás será sencillo suprimir
nuestros impulsos o inclinaciones en aras de la objetividad”, sí es “el ideal”.
Al respecto coincido en que dicha objetividad constituye un ideal, pero es eso
y solo eso, un ideal, porque en el fenómeno del conocimiento no es posible aislar
al objeto por conocer del sujeto que conoce, como tampoco es factible escindir
al sujeto en “inteligencia” por un lado y “emotividad-voluntad por otro, para
arrojar a la segunda en el olvido cada vez que se pretenda conocer
“objetivamente,” “sin trazas del conocedor”. En el conocimiento coexisten
siempre sujeto y objeto, como en el sujeto coexisten en todo momento razón y
corazón.
-
Sobre los valores - “Ciertamente algunas áreas de las humanidades son más
propensas a mantener posturas relativistas.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp.
8), afirma nuestro autor y ofrece como muestra la relatividad presente en
nuestra percepción de la belleza, donde lo que para uno es “un tesoro” para
alguien más puede carecer de valor, situación que evidencia el relativismo en
el valor. Hablar de “valores”, qué son, qué hace valioso a un objeto, si las
cosas valen por sí mismas o somos nosotros quienes les dotamos de valor, cuáles
son los tipos de valores y en qué consiste cada uno de ellos, ahondar en los
valores y sus respectivos contravalores… constituye materia de estudio de la
Axiología, disciplina filosófica especializada en todo lo relacionado al valor,
por lo que sin profundizar sobre ello, me limito a esta afirmación: “los
valores tampoco son objetivos ni subjetivos, igual que la verdad son
perspectivísticos”.
-
“Cultura relativista” y sus implicaciones morales - “Hoy todo el mundo opina
y a todos se les tiende a dar el mismo
peso como si todas las opiniones fueran igualmente válidas.” (Salazar Lozano,
S. A.: 2015, pp. 8) Ciertamente en la
actualidad priva la tendencia por escuchar todas las voces afirmando que todas
ellas son igualmente válidas; tendencia que parece cimentarse en la aseveración
de que “todos somos iguales y tenemos los mismos derechos”. Sin cuestionar la
verdad o falsedad de tal sentencia, debiéramos distinguir primero entre validez
y valía: toda opinión es válida en tanto no es falaz y se estructura conforme a
las leyes de la lógica, y es valiosa siempre
que atiende al bienestar común, siempre que es reflejo de la conciencia social
que nos permite vivir y convivir en armonía. Por lo tanto, para referirnos a la
moralidad que determina el bien y el mal según la conveniencia o no de quien
actúa, es decir, “sus propios intereses”, sería más exacto emplear los términos
“moralidad sin conciencia social” en lugar de “moralidad relativa”.
-
Ciencia - “Si la realidad fuera relativa, la naturaleza, no sería reproducible,
no presentaría exactamente los mismos patrones ni se podría predecir una vez
que la entendiéramos. La ciencia, que se dedica a entender la naturaleza, no
podría existir.” (Salazar Lozano, S. A.: 2015, pp. 11) Probablemente sea así,
que la “objetividad” de la realidad, que la “verdad absoluta” de la naturaleza
haga posible la existencia de la ciencia, pero no al revés; que tengamos
ciencia no es argumento infalible sobre la objetividad de la realidad, porque
el conocimiento científico como todo conocimiento, es resultado de la
correlación sujeto-objeto, y el sujeto se conforma en la coexistencia
inteligencia-emotividad-voluntad. Dicho de otro modo, la ciencia siempre
contiene un ingrediente subjetivo; polémica afirmación de Thomas S. Kuhn en el
libro “La estructura de las revoluciones científicas”, donde cuestiona el
fundamento objetivo de la ciencia.
-
El caso de Madeline Kara Neumann- En mi perspectiva, aquí se discute otra
cuestión, la ríspida relación entre razón y fe. En torno a lo cual sería
interesante escuchar la plática entre un conocido alemán “no creyente”, Jürgen
Habermas, y otro muy conocido alemán “sí creyente”, Joseph Ratzinger, me
refiero a la lectura de “Entre razón y religión. Dialéctica de la
secularización”.
Perspectivismo y democracia
(la filosofía sirve, está vigente)
Ya
en lo político-social y guardando la debida distancia, en una prudente
analogía, postular la verdad absoluta, la realidad objetiva, se traduce en la defensa del autoritarismo, absolutismo,
tiranía o dictadura, donde “la verdad” es una y todos se tienen que ajustar a
ella, donde “un solo modo de vida es aceptable”; apostar por el otro extremo,
la verdad relativa, la realidad subjetiva, equivale a la anarquía en que la
existencia de “múltiples verdades” permite a cada uno hacer lo que puede y como
quiere, donde “todos los modos de vida debieran ser aceptados”.
Situación,
balanza cuyo punto de equilibrio radica en el perspectivismo, la democracia en
que particulares y múltiples formas de ser y estar en el mundo (verdades
parciales, Multi-versos) coexisten y se
suscriben a una forma de ser y estar en el mundo general y única: la comunidad,
el bienestar colectivo (verdad total, Uni-verso).
Miro
hacia la democracia genuina donde la pluralidad diversa se armoniza, donde las
voluntades individuales se sujetan a una mayor, la voluntad social, porque
reconocen su coexistencia e interdependencia, porque son conscientes profunda y
plenamente de su ser social.
Así
que detrás de la democracia se encuentra la filosofía del perspectivismo, que
no lo veamos, parafraseando a Salazar Lozano, no vuelve al hecho una mentira. La
filosofía sustenta nuestra vida, está vigente; y en la persuasión de esto a los
otros, contribuye, como lo hace Xolocotzi Yánez, analizar el decir filosófico.
Concluyo
mi intervención en este diálogo solicitándote, amable lector, que consideres
palabras como una parte de la verdad, como una contribución en la búsqueda de
la verdad total, el conocimiento auténtico de la realidad.
Bibliografía:
1.
Ortega y Gasset, José (1988). “En el centenario de una universidad”, Obras
completas Vol. 5. España, Ed. Alianza.
2.
Ortega y Gasset, José (1988). “Verdad y perspectiva”, Obras completas Vol. 2.
España, Ed. Alianza.
3.
Salazar Lozano, Sergio Antonio (2015). ¿Es la realidad objetiva o relativa?.
“Elementos” 97: 3-14
4.
Xolocotzi Yánez, Ángel (2015). La cercanía del mundo. Reflexiones sobre el
decir filosófico. “Elementos” 97: 15-19
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