lunes, 31 de enero de 2022

Café filosófico on line #2 - ¿No tener hijos nos quita la humanidad?

 

¿No tener hijos nos quita la humanidad?

 

 


 

Al inicio de nuestro café filosófico preguntamos a los participantes qué expectativas tenían de este encuentro. Sebastián respondió que venía sin expectativas porque en su opinión se trata de “no predisponerse y mostrar apertura”. En el caso de Carmen, ella tenía en mente “escuchar otras opiniones”. Estas respuestas nos confirmaron que no se requiere pericia, sino curiosidad e interés para integrarse a grupos que practican la reflexión filosófica.

 

Ya en el desarrollo de nuestro filocafé, Sebastián comenzó planteando otra pregunta: ¿es posible quitarnos la humanidad? A lo cual agregamos otra interrogante más: ¿en qué consiste ser humano? Es decir que antes de adoptar una postura frente a la pregunta inicialmente planteada, nos pareció necesario abordar otras más: primero definir en qué consiste ser humano; enseguida determinar si podemos perder o ser despojados de nuestra humanidad; y, con base en lo anterior aclarar si el hecho de no tener hijos nos quita la humanidad.

 

En el abordaje de la primera cuestión, a saber, en qué consiste ser humano. Notamos que estábamos tratando el mismo término con distintos significados. Hablábamos de “ser humano” desde un punto de vista biológico, como especie, y en vínculo con la naturaleza humana, esto es, lo que nos hace ser humanos y nos distingue otros seres. Al mismo tiempo, usábamos “ser humano” para referirnos a la cualidad de ser comprensivos, sensibles frente a los otros. De este doble uso de una misma palabra, aprendimos que es necesario usar los términos con un solo y mismo significado durante la reflexión.

 

Una vez aclarado que emplearíamos el término “ser humano”, como especie, retomamos la pregunta: ¿no tener hijos nos quita la humanidad? Carmen expresó que como animales, sí nos quita humanidad, porque reproducirse es parte de nuestra naturaleza biológica. Aunque, retomando la definición tradicional atribuida a Aristóteles, “el hombre es un animal racional”, la respuesta sería otra. No tener hijos no nos quita la humanidad porque con nuestro entendimiento y voluntad cada uno decide si tener hijos o no. A continuación Sebastián replicó que en realidad no hemos contestado la pregunta ¿qué es el hombre? Ciertamente contamos con diversas definiciones aportadas por distintos pensadores, pero carecemos de una definición definitiva, por lo tanto no podemos quitarnos lo que aún no comprendemos. “La persona es un misterio”, afirmó Sebastián. 


Quizá, continuó Amparo, sin embargo en el ámbito de la jurisprudencia, es indispensable establecer un concepto de persona. Así, en Derechos Humanos, “persona” es todo ente capaz de tener derechos y de contraer obligaciones. Y como parte de los derechos se considera el tener o no tener hijos, de manera que sea cual sea nuestra decisión, no nos quita la humanidad. Esto último nos llevó a pensar en la filosofía como fundamento teórico de las leyes; la filosofía representaría aquí la teoría, y la jurisprudencia, la práctica. La filosofía debate y no ofrece definiciones absolutas, definitivas, aunque siendo necesario establecer una definición por cuestiones prácticas, es entonces que entra en escena la jurisprudencia, las leyes.

 

Evidentemente, a través de nuestra reflexión individual y compartida, colectiva, surgieron muchas ideas más, por ejemplo, todos coincidimos en que muchas veces no es “racional” tener hijos, es un acto no razonado, resultado del influjo de la cultura, del contexto a que pertenecemos(*). Visto así, agradecemos y valoramos el contexto en que nos encontramos, que nos ofrece un tiempo y un espacio libres para reflexionar, dialogar y aprender en compañía.


Karla Portela Ramírez y Germán Leonardo Cárdenas Vargas

Colombia, enero de 2022





(*) Aquí una nota periodística sobre el contexto del que surgió el tema de este café filosófico: 

viernes, 21 de enero de 2022

Café filosófico on line #1 - ¿Qué es lo existencial?

 

¿Qué es lo existencial?

 

 

El pasado miércoles 19 de enero tuvimos nuestro primer café filosófico del año y on line. El tema fue ¿Qué es lo existencial? Con la guía de Leonardo, como moderador de nuestro encuentro, nuestra reflexión comenzó con la pregunta: ¿con qué se relaciona lo existencial?

Enseguida, Moisés, uno de los participantes, compartió que él lo relaciona con la experiencia concreta, con la toma de conciencia de esta experiencia. A continuación, Karla afirmó que lo existencial se relaciona con la vida cotidiana; también señaló la diferencia que algunas veces se establece entre vivir y existir, entendiendo por vivir la experiencia significativa que surge de la reflexión, en tanto que existir es sólo la experiencia pasajera.

Nuestro filocafé se desarrolló en una hora, durante la cual, en un ambiente cortés y de apertura, unos y otros cuestionamos las propias ideas y la de los otros. Lo cual nos llevó a coincidir en algunos puntos, por ejemplo lo existencial suele conllevar angustia, crisis que implican libertad y decisiones. Así, como bien dijo Moisés, lo existencial nos lleva a la acción, a la toma de una postura.

 

El grito (Edvard Munch, 1893)

Uno de los objetivos que nos planteamos en nuestros cafés filosóficos es no dejar ideas en el aire, es decir, procurar marcar un cierre de nuestra reflexión compartida con algunas conclusiones provisionales, abiertas a nuevas y futuras revisiones. Así, en los párrafos siguientes compartimos el cierre de este primer filocafé on line.

La existencia es la vida diaria, lo que nos pasa cotidianamente y se convierte en experiencia, despertando en nosotros emociones y pensamientos, además de que implica interacciones con otros. Ahora bien, cuando esas experiencias tienen cierto impacto, intensidad y/o profundidad, nos detenemos a cuestionar, reflexionamos, nos volvemos sobre nosotros mismos y tomamos conciencia de esa experiencia concreta, es entonces que la existencia se convierte en algo existencial.

Algunas veces, quizás siempre de acuerdo con filósofos como Sören Kierkegaard[1], lo existencial implica angustia que surge de la necesidad o urgencia por decidir. Desde esta perspectiva la toma de decisiones conlleva angustia; se trata de la libertad como condena, en palabras de Jean-Paul Sartre[2].

Abreviando, en nuestro compartir concluimos por ahora que lo existencial es la toma de conciencia de la vida cotidiana que implica cuestionamiento y conduce a tomar una postura, a tomar decisiones. De manera que lo existencial nos lleva a la acción; la acción surge de lo existencial.

 

Karla Portela Ramírez y 

Germán Leonardo Cárdenas Vargas

Colombia, enero de 2022

 

 



[1] Søren Aabye Kierkegaard (1813-1855). Filósofo y teólogo danés, considerado el padre del existencialismo.

[2] Jean-Paul Charles Aymard Sartre (1905-1980). Filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político exponente del existencialismo, posmodernismo y del marxismo humanista.




miércoles, 12 de enero de 2022

Filosofía, hoy

 

Filosofía, hoy




 

¿Qué amenazas enfrenta hoy la filosofía?


Si imaginamos a las humanidades en general y a la filosofía en este caso particular como especies en peligro de extinción inmediatamente surge la pregunta ¿qué amenaza actualmente la supervivencia y permanencia de la filosofía? En principio, al menos tres factores: la saturación visual, el vértigo del desarrollo tecnológico y la educación institucional.

En cuanto al primero de ellos, nuestro derredor confirma que en el presente impera el sentido de la vista, lo visual; vivimos en una iconósfera[1], envueltos por un “[…] conjunto de imágenes que circulan por nuestra realidad, que se entrecruzan para formar nuevos conceptos a partir de los ya establecidos. Un espacio envolvente del imaginario colectivo contemporáneo.” (Hernández, 2012) Esto representa un peligro para la filosofía porque el tipo de imágenes que impera es comercial, responde a objetivos mercadológicos que se limitan a la promoción del consumo de bienes materiales. Se trata de una clase de imágenes que captura y debilita el pensar, obstaculiza la reflexión sobre los conceptos que se forman precisamente con las imágenes, dando lugar a la posible manipulación. Un ejemplo de este fenómeno son los estereotipos sobre la feminidad y la masculinidad que implícitamente nos venden las campañas publicitarias de productos cosméticos.

Sobre el vértigo del desarrollo tecnológico, es evidente también que nuestra época se caracteriza por la omnipresencia de los medios tecnológicos, los cuales avanzan con un ritmo tan acelerado que las personas no alcanzan a reflexionar a la par de dicho desarrollo. Antes de que logremos analizar la pertinencia de un nuevo invento tecnológico para nuestro bienestar, ya han surgido otros más.

Desde hace unos años la permanencia de la filosofía como asignatura curricular se ha visto amenazada en la educación institucional con el argumento de que se trata de una materia transversal, es decir que su espíritu reflexivo y analítico está presente en el resto de las asignaturas, por lo que debe ser eliminada como disciplina específica.

Aunado a lo anterior en el imaginario colectivo las humanidades constituyen saberes inútiles, ajenos a la vida práctica, a la vida cotidiana. Especialmente la filosofía es concebida como teoría pura sin aplicación en la llamada vida real.

Si bien en este espacio y momento no pretendemos soluciones radicales que salven a la filosofía, a las humanidades del peligro de extinción, si adelantamos algunas afirmaciones propositivas. Ante la saturación visual proponemos usar la imagen como medio para reflexionar, como detonante del cuestionamiento filosófico; frente al vértigo del desarrollo tecnológico subrayamos la necesidad de potenciar la reflexión filosófica sobre la unidad técnica-tecnología-trabajo, especialmente sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas; con relación al lugar de la filosofía dentro de la educación institucional consideramos que la producción y divulgación de textos como el presente contribuye a la justificación de la existencia de la filosofía como disciplina específica en los mapas curriculares.

Por último, en torno a la negativa imagen generalizada sobre la filosofía y su utilidad para la vida, apoyamos el movimiento de la filosofía aplicada que trabaja por la concientización de la presencia del pensamiento filosófico en la vida cotidiana, que fomenta la praxis filosófica como forma de vida.

 

¿Cuál es la utilidad de la filosofía, por qué la filosofía sirve para vivir?


En el marco de la vida cotidiana se considera que las ciencias son útiles, sirven para la vida porque con base en el conocimiento que aportan se construye tecnología que satisface las necesidades humanas con eficacia y rendimiento, e incluso posibilita una vida más cómoda, más placentera. En el caso de la filosofía quizá sea mejor hablar de sentido y no de utilidad, debido a que la filosofía precisamente cuestiona qué es y qué no es necesario para el bienestar de la humanidad, igualmente analiza cuáles son posibles consecuencias negativas de dicha vida cómoda y placentera. Entre otras cosas, la filosofía reflexiona sobre el sentido del desarrollo tecnológico y su impacto en nuestras vidas. La filosofía se pregunta incesantemente sobre el  “qué”, “para qué” y “cómo” de la acción humana; y al hacerlo de una u otra forma concientiza, genera la conciencia indispensable que encamina hacia la libertad.

A su vez, en la relación entre filosofía y vida, filosofía y realidad, la primera representaría la teoría y la segunda, la práctica. La filosofía consistiría en el pensamiento crítico y autocrítico, en la capacidad de analizar y reflexionar que permiten elegir, decidir y adoptar una postura ante el mundo, una forma de ser, estar y hacer.

Cuando se cuestiona la vigencia de la filosofía, cuando se pregunta en qué puede ayudar la filosofía a la realidad humana contemporánea, lo primero que viene a nuestra mente es buscar, identificar cuáles son las constantes, las “universales”, y encontramos en principio cuatro: educación, trabajo, tecnología y seguridad. Se trata entonces de analizar y profundizar en la situación de cada una de ellas, demostrando el vínculo entre conocimiento y actitud filosóficos, y vida cotidiana, es decir, la presencia de la filosofía en la cotidianidad. ¿Cómo? A través del ejercicio de la filosofía aplicada, principalmente en sus modalidades de filocafé, consultoría filosófica y filmosofía.

 

Pertinencia de la filosofía en el mundo actual

 

Sin duda la vida humana actual afronta fuertes cambios culturales que conllevan crisis existenciales que abren el cuestionamiento. Frente a todas las preguntas que surgen se presentan al menos dos caminos para el encuentro de respuestas: autoayuda o filosofía. Claramente en Casa de la Filosofía nos decantamos por el segundo camino, por la construcción consciente de una propia filosofía de vida que se hace en el momento, in situ y con herramientas que han aportado quienes nos anteceden, nos referimos a las doctrinas filosóficas autoría de pensadores consagrados, en su mayoría de origen europeo, así como a la filosofía de nuestros pueblos originarios, a quienes hoy más que nunca necesitamos escuchar.

Ciertamente otras disciplinas humanísticas como sociología, antropología social y ciencias políticas, además de áreas de conocimiento como el periodismo y la medicina, nos aportan diversas perspectivas y respuestas que contribuyen a la disolución de nuestras crisis existenciales. De manera que cabría preguntar ¿qué sucede si los profesionales de la filosofía desaparecen, desaparecería la filosofía? En nuestra perspectiva depende de qué se entienda por filosofía. Si la filosofía es asombro, curiosidad y pensamiento crítico, no; la filosofía no desaparecería con su extinción como disciplina porque todos pensamos, todos somos filósofos. Aunque cabría objetar que para pensar con corrección y asertividad se requiere desarrollar ciertas habilidades y destrezas, lo cual conduce de nuevo a la filosofía como disciplina. Además, debemos admitir que la mayoría de la gente se rige por la ley del menor esfuerzo y su ejercicio reflexivo suele ser superficial, en tanto que la genuina reflexión filosófica exige intensidad y profundidad.

 

Germán Leonardo Cárdenas Vargas y 

Karla Portela Ramírez

Colombia, enero de 2022




           

 

Referencia

Hernández, Ana Jimena (2012). Iconósfera. Recuperado el 12 de enero de 2022 de: https://issuu.com/majine/docs/iconosfera_text



[1] Concepto acuñado por Román Gubern Garriga-Nogués (Barcelona, 1934), escritor e historiador de medios de comunicación, particularmente cine y cómic.