miércoles, 12 de enero de 2022

Filosofía, hoy

 

Filosofía, hoy




 

¿Qué amenazas enfrenta hoy la filosofía?


Si imaginamos a las humanidades en general y a la filosofía en este caso particular como especies en peligro de extinción inmediatamente surge la pregunta ¿qué amenaza actualmente la supervivencia y permanencia de la filosofía? En principio, al menos tres factores: la saturación visual, el vértigo del desarrollo tecnológico y la educación institucional.

En cuanto al primero de ellos, nuestro derredor confirma que en el presente impera el sentido de la vista, lo visual; vivimos en una iconósfera[1], envueltos por un “[…] conjunto de imágenes que circulan por nuestra realidad, que se entrecruzan para formar nuevos conceptos a partir de los ya establecidos. Un espacio envolvente del imaginario colectivo contemporáneo.” (Hernández, 2012) Esto representa un peligro para la filosofía porque el tipo de imágenes que impera es comercial, responde a objetivos mercadológicos que se limitan a la promoción del consumo de bienes materiales. Se trata de una clase de imágenes que captura y debilita el pensar, obstaculiza la reflexión sobre los conceptos que se forman precisamente con las imágenes, dando lugar a la posible manipulación. Un ejemplo de este fenómeno son los estereotipos sobre la feminidad y la masculinidad que implícitamente nos venden las campañas publicitarias de productos cosméticos.

Sobre el vértigo del desarrollo tecnológico, es evidente también que nuestra época se caracteriza por la omnipresencia de los medios tecnológicos, los cuales avanzan con un ritmo tan acelerado que las personas no alcanzan a reflexionar a la par de dicho desarrollo. Antes de que logremos analizar la pertinencia de un nuevo invento tecnológico para nuestro bienestar, ya han surgido otros más.

Desde hace unos años la permanencia de la filosofía como asignatura curricular se ha visto amenazada en la educación institucional con el argumento de que se trata de una materia transversal, es decir que su espíritu reflexivo y analítico está presente en el resto de las asignaturas, por lo que debe ser eliminada como disciplina específica.

Aunado a lo anterior en el imaginario colectivo las humanidades constituyen saberes inútiles, ajenos a la vida práctica, a la vida cotidiana. Especialmente la filosofía es concebida como teoría pura sin aplicación en la llamada vida real.

Si bien en este espacio y momento no pretendemos soluciones radicales que salven a la filosofía, a las humanidades del peligro de extinción, si adelantamos algunas afirmaciones propositivas. Ante la saturación visual proponemos usar la imagen como medio para reflexionar, como detonante del cuestionamiento filosófico; frente al vértigo del desarrollo tecnológico subrayamos la necesidad de potenciar la reflexión filosófica sobre la unidad técnica-tecnología-trabajo, especialmente sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas; con relación al lugar de la filosofía dentro de la educación institucional consideramos que la producción y divulgación de textos como el presente contribuye a la justificación de la existencia de la filosofía como disciplina específica en los mapas curriculares.

Por último, en torno a la negativa imagen generalizada sobre la filosofía y su utilidad para la vida, apoyamos el movimiento de la filosofía aplicada que trabaja por la concientización de la presencia del pensamiento filosófico en la vida cotidiana, que fomenta la praxis filosófica como forma de vida.

 

¿Cuál es la utilidad de la filosofía, por qué la filosofía sirve para vivir?


En el marco de la vida cotidiana se considera que las ciencias son útiles, sirven para la vida porque con base en el conocimiento que aportan se construye tecnología que satisface las necesidades humanas con eficacia y rendimiento, e incluso posibilita una vida más cómoda, más placentera. En el caso de la filosofía quizá sea mejor hablar de sentido y no de utilidad, debido a que la filosofía precisamente cuestiona qué es y qué no es necesario para el bienestar de la humanidad, igualmente analiza cuáles son posibles consecuencias negativas de dicha vida cómoda y placentera. Entre otras cosas, la filosofía reflexiona sobre el sentido del desarrollo tecnológico y su impacto en nuestras vidas. La filosofía se pregunta incesantemente sobre el  “qué”, “para qué” y “cómo” de la acción humana; y al hacerlo de una u otra forma concientiza, genera la conciencia indispensable que encamina hacia la libertad.

A su vez, en la relación entre filosofía y vida, filosofía y realidad, la primera representaría la teoría y la segunda, la práctica. La filosofía consistiría en el pensamiento crítico y autocrítico, en la capacidad de analizar y reflexionar que permiten elegir, decidir y adoptar una postura ante el mundo, una forma de ser, estar y hacer.

Cuando se cuestiona la vigencia de la filosofía, cuando se pregunta en qué puede ayudar la filosofía a la realidad humana contemporánea, lo primero que viene a nuestra mente es buscar, identificar cuáles son las constantes, las “universales”, y encontramos en principio cuatro: educación, trabajo, tecnología y seguridad. Se trata entonces de analizar y profundizar en la situación de cada una de ellas, demostrando el vínculo entre conocimiento y actitud filosóficos, y vida cotidiana, es decir, la presencia de la filosofía en la cotidianidad. ¿Cómo? A través del ejercicio de la filosofía aplicada, principalmente en sus modalidades de filocafé, consultoría filosófica y filmosofía.

 

Pertinencia de la filosofía en el mundo actual

 

Sin duda la vida humana actual afronta fuertes cambios culturales que conllevan crisis existenciales que abren el cuestionamiento. Frente a todas las preguntas que surgen se presentan al menos dos caminos para el encuentro de respuestas: autoayuda o filosofía. Claramente en Casa de la Filosofía nos decantamos por el segundo camino, por la construcción consciente de una propia filosofía de vida que se hace en el momento, in situ y con herramientas que han aportado quienes nos anteceden, nos referimos a las doctrinas filosóficas autoría de pensadores consagrados, en su mayoría de origen europeo, así como a la filosofía de nuestros pueblos originarios, a quienes hoy más que nunca necesitamos escuchar.

Ciertamente otras disciplinas humanísticas como sociología, antropología social y ciencias políticas, además de áreas de conocimiento como el periodismo y la medicina, nos aportan diversas perspectivas y respuestas que contribuyen a la disolución de nuestras crisis existenciales. De manera que cabría preguntar ¿qué sucede si los profesionales de la filosofía desaparecen, desaparecería la filosofía? En nuestra perspectiva depende de qué se entienda por filosofía. Si la filosofía es asombro, curiosidad y pensamiento crítico, no; la filosofía no desaparecería con su extinción como disciplina porque todos pensamos, todos somos filósofos. Aunque cabría objetar que para pensar con corrección y asertividad se requiere desarrollar ciertas habilidades y destrezas, lo cual conduce de nuevo a la filosofía como disciplina. Además, debemos admitir que la mayoría de la gente se rige por la ley del menor esfuerzo y su ejercicio reflexivo suele ser superficial, en tanto que la genuina reflexión filosófica exige intensidad y profundidad.

 

Germán Leonardo Cárdenas Vargas y 

Karla Portela Ramírez

Colombia, enero de 2022




           

 

Referencia

Hernández, Ana Jimena (2012). Iconósfera. Recuperado el 12 de enero de 2022 de: https://issuu.com/majine/docs/iconosfera_text



[1] Concepto acuñado por Román Gubern Garriga-Nogués (Barcelona, 1934), escritor e historiador de medios de comunicación, particularmente cine y cómic. 





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