domingo, 14 de mayo de 2017

5ta sesión Fil(M)osofía "La Mina" TENEMOS LA CARNE


Construyendo la carne


Parece ser que todos los caminos llevan a la carne, al menos a pensarla, a sentirla y a compartirla en clave de un diálogo sensible. Tenemos la carne, pero también somos la carne y la compartimos, nos hacemos familia —en función de la tónica que han logrado las Fil(M)osofías realizadas en La Mina, desde su primera edición— y construimos el mundo. Y es que, ¿qué otra cosa se puede hacer con una película que nos ofrece una amplia diversidad de caminos y de lecturas, sino re-construir el mundo con ella?

Ésta fue la tarea en la que nos inscribimos en la quinta edición de la Fil(M)osofía en Cine La Mina, en la que logramos una rica diversidad de interpretaciones que nos permitieron seguir explorando y escarbando, tal como se va ampliando el camino de una mina, que no lleva un rumbo determinado. De la misma manera que lo menciona Emiliano Rocha —director de Tenemos la carne—, la película ya no le pertenece sólo a él, es igualmente de quienes la leemos y la pensamos. Eso es justamente lo que hicimos veintiséis personas discutiendo las imágenes, poniendo en juego nuestras propias experiencias.

Durante nuestra excavación para la construcción de una nueva veta en La Mina, recorrimos lugares diversos y en el camino nos hallamos con variados minerales preciosos que en el proceso pulimos. Entre esas riquezas encontramos una reflexión crítica —como todas las que se desarrollaron— respecto de un sector de la sociedad excluido, aquellos invisibilizados que viven en un sub-México, en un submundo del que no tenemos noticia, un submundo que se deja atrás cuando la cámara sale al exterior y nos situamos en alguna calle del centro de la CDMX, que inmediatamente relacionamos con nuestra experiencia. La exclusión también de estos genios delirantes que van siempre creando y discurseando filosofías extrañas y mudas, para los demás, para quienes no tienen ojos ni oídos.

¿Qué más post-apocalíptico que la imagen del Centro de la CDMX, con sus zombis contemporáneos —zombis inhalando cemento, zombis de celular o zombis de oficina, entre otros— y su inmediatez cotidiana? La batalla por la carne, en sus distintas dimensiones se desarrolla todos los días, esta batalla para poseerla y para no perder la propia, que además nos sitúa en un Narco-Estado de carne putrefacta, desde el que no estaría de más, buscar un re-nacimiento, un nuevo orden que nos permita una recomposición moral y política, que trascienda al sujeto reprimido que no logra completarse y así llega a su muerte.

De este modo se manifiestan dos importantes sentidos: uno de ellos es el de la ideología nacionalista, representado mediante la figura del soldado sacrificado, el himno nacional le ha ablandado los ánimos y lo ha preparado para “bien morir”, es fácil domar al zombi institucionalizado; sólo ha sido cuestión de recordarle el nulo valor de su vida, frente al gran proyecto de Nación, fundando en la sangre y en la carne, en el hambre y en la miseria. El otro responde a la mitología cristiana: un Adán y Eva contemporáneos que, en una segunda vuelta, crearán al mundo al estilo del Antiguo Testamento, es decir, mediante el incesto.

Es así que a partir de las tan traídas y llevadas imágenes del filme, fundimos los materiales y construimos una joya invaluable que no sería posible reproducir en este espacio, sino de manera superficial, dada la amplitud y riqueza de las opiniones vertidas. De este modo le damos la bienvenida al género de horror-gore —si es que es posible etiquetar a nuestro filme en esta dupla, lo que ya sería parte de una discusión aparte—, que en nuestro país comienza a formar una interesante tradición —el Sindicato del Terror y Lex Ortega con sus propuestas cinematográficas (Atroz, 2016)—, de la que una importante parte del público guanajuatense ha demostrado una gran apertura.

Seguimos extrayendo oro y plata de la mina, a partir de un trabajo colectivo con todos ustedes y deseamos seguir expandiéndola en diferentes direcciones, ¡Cavemos juntos éste, nuestro espacio y sigamos extrayendo riqueza humana! Esperen próximamente el Segundo ciclo: Cine de carnitas, de Espíritu Pusilánime y Aberración Necrótica.

¡Tenemos la carne, tenemos la sangre, pero también tenemos el corazón!

Aberración Necrótica, primavera 2017