12 de octubre - Nuevas narrativas
Una de esas figuras centrales —y profundamente controvertidas— es la de La Malinche, mujer indígena, traductora, mediadora y figura clave en el proceso de conquista.
Durante siglos, el nombre de Malinche ha sido sinónimo de traición, asociado a la deslealtad y a la entrega del territorio al invasor. Sin embargo, esta representación —instalada en el imaginario social— es también el reflejo de una cultura patriarcal que ha relegado a las mujeres a lugares simbólicos de culpa o pasividad, despojándolas de agencia histórica y complejidad humana.
Hoy, desde una perspectiva de género y decolonial, es urgente resignificar a la Malinche y, con ella, las representaciones sociales de lo femenino que han permeado la historia oficial. Malinche no fue sólo intérprete ni víctima: fue una mujer que, desde su lugar y circunstancias, tomó decisiones, ejerció poder simbólico y navegó un mundo dominado por estructuras coloniales y masculinas.
Resignificar su figura implica cuestionar las categorías heredadas, desmantelar los estereotipos sobre la traición, la sumisión o la culpabilidad femenina, y abrir paso a una narrativa más compleja, crítica y justa. Al hacerlo, también ampliamos los márgenes para pensar otras formas de ser mujer en la historia y en el presente.
La propuesta es, más que conmemorar un mito fundacional, interrogar los símbolos que lo sostienen, y repensar colectivamente las memorias que construimos.
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