Inevitable amor… inevitable
hablar de amor…
(segunda de dos partes)
AMAR complejo y profundo
Somos ante todo sociales; el ser humano es social:
todas y cada una de sus actividades están asociadas con las de otros porque
depende de las expectativas, exigencias, aprobaciones y condenas de los demás,
y no puede realizarlas sin tener en cuenta la de los otros; consecuentemente el
ambiente del ser humano es social: piensa y siente lo que han de ser sus
acciones en relación con los demás, afirma John Dewey en coincidencia con la
teoría de la sociabilidad natural en el hombre, que Aristóteles abrevia en la
sentencia: “el hombre es un animal social” (zoon
politikón).
Dimensión social del hombre inseparable de la vida
política, puesto que al no poder bastarse por sí mismo, el individuo se ve en
la necesidad de asociarse, crear un grupo, una ciudad, un Estado…
Sin abordar, al menos por ahora, el ríspido tema de la política, lo cierto es que a nuestra esencia corresponde la sociabilidad, el “yo” existe donde existe el “Otro”: cada “yo” se construye en el campo del “Otro”, somos y existimos en el vínculo social, escribe Jacques Lacan…
Así, partiendo de esta premisa: “necesitamos de los
otros”, cuando la razón enfría la pasión
y cual entomólogo examina cada una de las mariposas que sentimos en el estómago al
estar frente a la persona amada, termina por concluir: amo porque carezco, amamos
porque “necesitamos”, amamos porque somos seres carentes, lo nuestro es “ser
indigente”…
La razón nos “abre los ojos”, la fábula del amor
romántico se descubre, se derrumba ante la carencia y la idealización; aquí
nace una de las definiciones más conocidas sobre el amor:
Aimer, c'est donner ce qu'on n'a pas à quelqu'un qui n'en veut pas.
Amar es dar lo que no se tiene a quien no es.
Jacques Lacan
Carencia que damos, depositamos en el otro
esperando -o incluso exigiendo- que colme ese vacío (amar es dar lo que no se
tiene…), que nos dé aquello que necesitamos, que nos hace falta; lo cual supone
que esa persona tiene y puede darme lo que yo no tengo, es entonces que
idealizamos al amado (…a quien no es)
Con base en esta definición del amor, ¿se supondría
entonces que estamos con el otro, que le amamos porque nos da lo que queremos y no tenemos?,
¿y qué es eso que nos da, cosas materiales como "ser proveedor” o inmateriales como "ser protector”?... No, el amor no es algo “tan simple”…
Hasta aquí en este intento por comprender qué
siento, qué sentimos, encuentro dos versiones, dos conceptualizaciones del amor: “amor romántico” y su opuesto, que
bien podría llamarse “amor no-romántico”.
Dos discursos sobre el amor, dicotomía que en mi
perspectiva entraña una visión fragmentaria de la más compleja y profunda vivencia del
ser humano: AMAR.
Estamos habituados a percibir y catalogar en
fragmentos, pares de opuestos rivales e irreductibles entre sí. Donde siempre
se tiene que optar por una alternativa que inmediata y tajantemente excluye a
la otra. ¿Esta vez se supondría que tengo que optar por defender el “amor
romántico” o bien, el “amor no-romántico”?
No, no es
así, reitero y subrayo AMAR no es “tan simple”…. La realidad, nuestra
percepción y vivencias no se escinden en pedazos, fragmentos, polarizaciones….
Dejemos la visión parcial y fragmentaria, asumamos el amor como lo que
“realmente” es: un complejo en que coexisten mitos, fábulas, análisis
racionales filosóficos y psicológicos…. (¿Y el arte?, ¿será en el arte donde la complejidad se expresa mejor?)
Si queremos examinar, hablar sobre el amor, que no
sea en “sustantivo”, que sea en “verbo”…. Porque al parecer la visión
fragmentaria lo sustantiva todo; el sustantivo está quieto, estático, muerto, y
esto supuestamente permite capturar su esencia, la razón entomóloga también es taxidermista…
En tanto que la visión holística, que intenta abordar la realidad como
totalidad y no por pedazos yuxtapuestos, que percibe y vivencia en correlatos,
complementos que se equilibran mutuamente, se esfuerza por comprender las
mariposas en mi estómago tal y como se presentan, en movimiento, dinámicas, vivas.
La visión holística verbaliza, porque el verbo es acción, movimiento, vida cambiante
y fluctuante que se niega a ser escindida, catalogada….
Más que
amor, AMAR, amar como acción compleja,
entramado
de esferas, hilos que cada quien teje con su libertad… Tantas formas y motivos hay de amar
como personas existen en el mundo…
No se
trata de optar entre amor romántico o no-romántico…
Aquí no
hay verdades absolutas ni relativas, sino perspectivas sobre el acto de amar…
Solo queda desear que amen, que amemos con “los
ojos bien abiertos”, con la razón atenta y simultáneamente en la dulce fábula
del amor romántico… que aprendamos a amar en el equilibrio de lo romántico con
lo no-romántico.
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