sábado, 7 de febrero de 2015

AMAR complejo y profundo

Inevitable amor… inevitable hablar de amor…
(segunda de dos partes)


AMAR complejo y profundo


Somos ante todo sociales; el ser humano es social: todas y cada una de sus actividades están asociadas con las de otros porque depende de las expectativas, exigencias, aprobaciones y condenas de los demás, y no puede realizarlas sin tener en cuenta la de los otros; consecuentemente el ambiente del ser humano es social: piensa y siente lo que han de ser sus acciones en relación con los demás, afirma John Dewey en coincidencia con la teoría de la sociabilidad natural en el hombre, que Aristóteles abrevia en la sentencia: “el hombre es un animal social” (zoon politikón).

Dimensión social del hombre inseparable de la vida política, puesto que al no poder bastarse por sí mismo, el individuo se ve en la necesidad de asociarse, crear un grupo, una ciudad, un Estado…


Sin abordar, al menos por ahora, el ríspido tema de la política, lo cierto es que a nuestra esencia corresponde la sociabilidad, el “yo” existe donde existe el “Otro”: cada “yo” se construye en el campo del “Otro”, somos y existimos en el vínculo social, escribe Jacques Lacan…

Así, partiendo de esta premisa: “necesitamos de los otros”, cuando la razón enfría la pasión y cual entomólogo examina cada una de las mariposas que sentimos en el estómago al estar frente a  la persona amada, termina por concluir: amo porque carezco, amamos porque “necesitamos”, amamos porque somos seres carentes, lo nuestro es “ser indigente”…

La razón nos “abre los ojos”, la fábula del amor romántico se descubre, se derrumba ante la carencia y la idealización; aquí nace una de las definiciones más conocidas sobre el amor:

Aimer, c'est donner ce qu'on n'a pas à quelqu'un qui n'en veut pas.
Amar es dar lo que no se tiene a quien no es.

Jacques Lacan 

Carencia que damos, depositamos en el otro esperando -o incluso exigiendo- que colme ese vacío (amar es dar lo que no se tiene…), que nos dé aquello que necesitamos, que nos hace falta; lo cual supone que esa persona tiene y puede darme lo que yo no tengo, es entonces que idealizamos al amado (…a quien no es)

Con base en esta definición del amor, ¿se supondría entonces que estamos con el otro, que le amamos porque nos da lo que queremos y no tenemos?, ¿y qué es eso que nos da, cosas materiales como "ser proveedor” o inmateriales como "ser protector”?... No, el amor no es algo “tan simple”…


Hasta aquí en este intento por comprender qué siento, qué sentimos, encuentro dos versiones, dos conceptualizaciones  del amor: “amor romántico” y su opuesto, que bien podría llamarse “amor no-romántico”.

Dos discursos sobre el amor, dicotomía que en mi perspectiva entraña una visión fragmentaria de la más compleja y profunda vivencia del ser humano: AMAR.

Estamos habituados a percibir y catalogar en fragmentos, pares de opuestos rivales e irreductibles entre sí. Donde siempre se tiene que optar por una alternativa que inmediata y tajantemente excluye a la otra. ¿Esta vez se supondría que tengo que optar por defender el “amor romántico” o bien, el “amor no-romántico”?

No, no  es así, reitero y subrayo AMAR no es “tan simple”…. La realidad, nuestra percepción y vivencias no se escinden en pedazos, fragmentos, polarizaciones…. Dejemos la visión parcial y fragmentaria, asumamos el amor como lo que “realmente” es: un complejo en que coexisten mitos, fábulas, análisis racionales filosóficos y psicológicos…. (¿Y el arte?, ¿será en el arte donde la complejidad se expresa mejor?)

Si queremos examinar, hablar sobre el amor, que no sea en “sustantivo”, que sea en “verbo”…. Porque al parecer la visión fragmentaria lo sustantiva todo; el sustantivo está quieto, estático, muerto, y esto supuestamente permite capturar su esencia, la razón entomóloga también es taxidermista… En tanto que la visión holística, que intenta abordar la realidad como totalidad y no por pedazos yuxtapuestos, que percibe y vivencia en correlatos, complementos que se equilibran mutuamente, se esfuerza por comprender las mariposas en mi estómago tal y como se presentan, en movimiento, dinámicas, vivas. La visión holística verbaliza, porque el verbo es acción, movimiento, vida cambiante y fluctuante que se niega a ser escindida, catalogada….

Más que amor, AMAR, amar como acción compleja,
entramado de esferas, hilos que cada quien teje con su libertad… Tantas formas y motivos hay de amar
como personas existen en el mundo
No se trata de optar entre amor romántico o no-romántico…
Aquí no hay verdades absolutas ni relativas, sino perspectivas sobre el acto de amar…


Solo queda desear que amen, que amemos con “los ojos bien abiertos”, con la razón atenta y simultáneamente en la dulce fábula del amor romántico… que aprendamos a amar en el equilibrio de lo romántico con lo no-romántico.

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