De filósofos todos tenemos un poco
Programa #13 – 12 de julio de 2022
Coincidieron la cantidad exacta de agua y la proporción óptima de luz para formar hoy por la tarde el más nítido e intenso arcoíris que hasta ahora hayamos contemplado muchos de nosotros. Así abrimos nuestra décimo tercera emisión, mencionando este fenómeno natural como símbolo perfecto del tema que trataríamos: resiliencia.
Y Dios dijo: «Esta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todos los seres vivientes. Mi pacto continuará por todas las generaciones. En las nubes cuelgo mi arco, el arco iris, que servirá como señal del pacto que yo hago con el mundo. Cuando yo ponga nubes sobre la tierra y el arco iris aparezca en las nubes, me acordaré del pacto que tengo con ustedes y con todo ser viviente. El agua nunca se volverá a convertir en diluvio para acabar con toda la vida. Cuando el arco iris esté en las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto eterno que tengo con todo ser viviente de la tierra». Luego Dios le dijo a Noé: «Esa es la señal del pacto que tengo con toda vida en la tierra». Génesis 9:12-17
Iniciamos hablando del origen del término, “resiliencia” proviene de la Física, del área de las Ciencias Naturales; en el campo de resistencia de materiales significa “capacidad un material para recuperarse de una deformación producto de un esfuerzo externo”. Posteriormente dicho término fue adoptado en las Ciencias Sociales, particularmente en la Psicología refiriendo la capacidad que presenta un individuo o un grupo frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro.
Etimológicamente
se compone de los siguientes elementos: prefijo re, que significa intensidad y reiteración; verbo salire, traducido como brincar, saltar;
sufijo nt, que indica agente; y,
sufijo ia, que refiere cualidad. De
manera que con base en su etimología, la resiliencia consiste en la cualidad
del que vuelve a saltar y quedar como estaba. Lo cual compagina con las dos
acepciones de la definición real que
aparece en el Diccionario de la Real Academia Española: 1. Capacidad de
adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o
situación adversos. 2. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para
recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había
estado sometido.
De este modo algunos autores incluyen a la resiliencia como parte de la inteligencia emocional, en tanto que otros hablan de inteligencia resiliente e incluso mencionan cuatro grupos de personas: las hipervulnerables, que sucumben a situaciones de estrés comunes; las pseudovulnerables, que ante la menor adversidad se hunden; las invulnerables, quienes se reponen rápidamente debido a que han sido expuestas a una serie de sucesos traumáticos; y, las no vulnerables, que son resistentes desde el nacimiento y se desarrollan de modo armónico durante toda la vida. Lo cierto es que hay individuos más resilientes que otros, que no hay personas con resistencia absoluta y cada una tiene sus propios límites.[1]
Igualmente, se identifican tres tipos de resiliencia: psicológica, relacionado con el estado
mental, con la preparación de la mente para superar todo tipo de adversidades;
emocional, consiste en la superación de sentimientos que pueden afectar la
estabilidad y el capacidad para tomar decisiones; y, corporal, es decir, la
capacidad física para recuperarse de daños impuestos al cuerpo. Asimismo, es
importante distinguir, aunque son complementarias, entre resiliencia individual
y resiliencia comunitaria. La primera de ellas señala al conjunto de cualidades
personales que nos permiten prosperar ante la adversidad; la segunda, radica en
la capacidad del grupo, del sistema social para responder a las adversidades
que afectan al mismo tiempo y de manera semejante al colectivo, mientras se
desarrollan y fortalecen los recursos con los que ya se cuenta, para
reorganizarse.
Ahora bien, ¿cómo
se presenta la resiliencia en nuestra cotidianidad, en la vida diaria? Sin
duda en Colombia somos testigos de un hecho histórico: la Comisión de la Verdad
presentó su informe final el pasado 28 de junio. Conviene recordar que el 26 de
septiembre de 2016 se firmó el “Acuerdo de Paz” y como parte de ello en abril
de 2017 se fundó la Comisión de la Verdad, con el objetivo, entre otros, de
esclarecer, explicar y reconocer lo sucedido durante el conflicto armado,
asentando así las bases para la no
repetición, la reconciliación y la construcción de un país con base en la paz y
la diversidad. Todo lo cual apunta hacia el concepto y vivencia de resiliencia comunitaria.
El informe final que ha presentado la Comisión de la
Verdad es un documento que simbólicamente representa el cierre del pasado y la
apertura de una Colombia reconciliada. Su contenido ofrece un análisis de
distintos contextos, relatos de las víctimas, causas, consecuencias, dinámicas
y recomendaciones que garantizan la no repetición. Caber decir que el informe
ha sido presentado en versión física y digital, además de que ha iniciado su
socialización a través de distintos medios. [2]
Retomando la pregunta por la presencia de la
resiliencia en nuestra vida diaria, desde nuestra perspectiva el momento que
hoy vivimos como nación exige de nosotros a la vez resiliencia personal,
individual, y resiliencia comunitaria.
En forma similar, aunque a nivel mundial, como humanidad requerimos de
nuestra capacidad para superar adversidades y recuperarnos con relación a la
pandemia por Covid-19.
Acercándonos al cierre de nuestro programa, cuyo tema
de reflexión fue la resiliencia, subrayamos la importancia de la narración como
parte del proceso de recuperación, de sanación. De hecho, en este momento
histórico los relatos de las víctimas, de quienes han padecido directamente los
daños, constituyen el corazón del informe final entregado por la Comisión de la
Verdad. La escritura, el tejido de las vivencias con palabras habladas o
escritas, con narraciones sonoras o gráficas que son socializadas, compartidas,
entraña un poder de sanación inconmensurable.
Por último, con base en lo reflexionado y dialogado,
nos permitimos afirmar que la resiliencia no es una palabra moda, hiper
explotada a través de frases trilladas que navegan en el ciberespacio, sino
genuina herramienta para la vida, para afrontar los problemas del día a día,
con filosofía.
Karla Portela Ramírez y Germán Leonardo
Cárdenas Vargas
De filósofos todos tenemos un poco / El Observador Radio
Cajicá, Cundinamarca, Colombia
12 de julio de 2022
[1] Véase: https://www.istmo.mx/2007/03/01/los_resortes_de_la_resiliencia/#:~:text=La%20resiliencia%20se%20concibe%20como,de%20sobreponerse%20a%20las%20experiencias.
[2]
Recomendamos visitar en Facebook la página de la Comisión de la Verdad: https://www.facebook.com/ComisionVerdadC
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