miércoles, 17 de noviembre de 2021

El juego del calamar - Filmosofía #1 en Cajicá, Colombia

 

El juego del calamar

Filmosofía #1 en Cajicá, Colombia

 



En el desarrollo de una filmosofía, el animador, el filósofo practicante guía o marca el orden de la reflexión con base en preguntas. Así, en nuestra primera filmosofía en Cajicá, que trató sobre El juego del calamar, comenzamos preguntando: ¿cuál es el tema? Naturalmente, cuando se trata de reflexionar, a la respuesta precedieron diversas ideas, claro está, todas ellas apuntando hacia una probable solución. Aquí compartimos algunas de esas ideas.

 

Abrimos enlistando cuáles fueron los juegos y qué habilidad o virtud exigía cada uno de ellos para resultar ganador:

Juego

Habilidad o virtud

Luz roja y luz verde

Imperturbabilidad, templanza

Galletas de azúcar

Paciencia, constancia, ingenio, imaginación

Tira y afloja

Estrategia, cooperación

Canicas

Negociación

Peldaños de vidrio

Valentía, confianza, atención

El calamar

Coraje, fuerza, compasión

 

En todos los juegos encontramos que para obtener mejores resultados se requería trabajar en equipo, unirse para aumentar la posibilidad de sobrevivir. Desde este punto de vista trabajar en equipo significaría “fortalezas que se unen, complementan con un objetivo común, en este caso, vivir”.

 

Igualmente observamos que en cada juego, aún en pequeña medida, había que elegir, decidir; y esas elecciones se basaban en la necesidad, el impulso y las emociones, no siempre en la razón. En esto influía considerablemente que muchas de las elecciones eran a ciegas, es decir, sin conocer previo a la decisión las consecuencias de las posibles elecciones.

 

Además de esto, de la libertad para elegir, decidir –incluso desde el inicio se observa un ejercicio de la libertad porque cada participante se encuentra allí por propia voluntad–, descubrimos otras constantes a lo largo del juego: ser observado; el factor del tiempo; la suerte o fortuna de cada jugador; y, momentos de compasión.

 

En cuanto a los equipos que se formaron, notamos que estos se integraron a partir de cuatro factores o criterios: edad; fuerza física; inteligencia y conocimientos; y, género. De manera que los viejos, débiles, tontos o ignorantes, y las mujeres, parecían hallarse en desventaja y con dificultades para ser aceptados. A pesar de estas diferencias entre los jugadores, todos ellos guardaban algo en común, los motivos por los que fueron elegidos para participar, son personas que:

- ya nada tienen que perder

- lo deben todo; son eternos deudores

- en este juego encuentran lo mismo que afuera, un infierno, con la diferencia de que ahí aún existe una esperanza

- se hallan en la búsqueda de una solución, aún les mueve algún deseo

 

Por último, en cuanto a las ideas compartidas y retomando las diferencias entre los jugadores, en todo el desarrollo se observa la presencia de la polarización ricos vs. pobres…

 

Sin duda, la respuesta a la pregunta planteada inicialmente, a saber cuál es el tema de El juego del calamar, no es única. Se trata de múltiples respuestas que de una u otra manera consisten en la proyección de los propios intereses. No obstante podemos coincidir en un tema: la relación con el otro, la otredad. Donde es posible observar al menos dos actitudes, individualismo y competencia; o, colectividad y trabajo en equipo. Parece que todos compartimos un mismo objetivo, todos anhelamos y buscamos nuestra tranquilidad, nuestro bienestar; y lo que nos separa, en lo que diferimos es en los medios para lograrlo. Algunos de nosotros creemos en la autosuficiencia y optamos por el individualismo, lo que nos lleva a ver en los otros, competidores que a cada momento obstaculizan nuestro éxito; otros de nosotros creemos en la comunidad, especialmente en la amistad, y solemos vivir al otro como un igual que nos acompaña en la búsqueda del bien común.

 

Quizá El juego del calamar nos propone que ante el aburrimiento, el sinsentido de la vida humana en la sociedad contemporánea depositemos nuestra confianza no sólo en nosotros mismos, sino en la humanidad. ¿Qué tanto el juego que se nos propone es apostar por una confianza crítica?




 

 

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