Cambios - Adaptación - Renovación
Café filosófico #41
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Eadem Mutata Resurgo Mutante y permanente, vuelvo a resurgir siendo la misma |
Todo lo vivo cambia. Lo único constante es el devenir,
diría Heráclito. Nuestro café filosófico no escapa a esta ley universal. Así,
el pasado lunes 5 de junio terminamos con nuestra práctica en la Biblioteca del
Centro Cultural de Cajicá. Tras anunciar el cierre de nuestro filocafé, el tema
elegido para reflexionar fue “cambios”. Quizá por las emociones implícitas en
esta etapa de nuestras vidas, mi concentración para tomar notas mermó; no obstante,
siento que logré capturar las ideas principales de nuestro intercambio
filosófico.
Los cambios conllevan renovación y exigen adaptación.
La adaptación es posible, si hay organización. Ahora bien, cuando algo cambia,
¿hay algo que permanezca? Planteado de otro modo, ¿se cambia absoluta y
tajantemente o bien, algo continúa, permanece? En su caso, ¿qué es lo que cambia
y qué es lo que permanece? Llegados a este punto, uno de nuestros participantes
nos habló de la teoría filosófica de Theodor Adorno, integrante de la Escuela
de Frankfurt, según la cual lo que cambia es la historia y lo que permanece es
la naturaleza[i].
En torno a lo que permanece cuando acaece un cambio,
hubo quienes lo identificaron con la “herencia”. Es decir que, aquello que permanece
y continúa a pesar de los cambios, es lo que se puede heredar, la herencia,
entendida como “algo que construyes y después cedes, heredas a otros”.
Hablando ya de nuestro café filosófico, podemos decir
que hemos logrado organizarnos, que en cierto sentido y medida hemos construido
algo, una estructura que se puede mantener en el tiempo porque está cimentada
en un objetivo común: preguntar y responder colectivamente, aprender en comunidad.
De manera que, al heredar este espacio filosófico a Bibiana y Carolina, acompañadas
por todos y cada uno de los cafélibrepensadores que participan cada lunes
regular e irregularmente, es factible, es muy probable que nuestro proyecto,
nuestra práctica filosófica como Casa de la Filosofía, permanezca y continúe
creciendo en Cajicá.
Ciertamente lo que se organiza bien, perdura. Los
grupos que están organizados, permanecen. Y aun cuando no fuese así, y el grupo
se desvaneciera, en cada uno permanecería esa naturaleza curiosa, nuestro amor
por la sabiduría, o como lo queramos llamar, deseo por conocer, gusto por reflexionar,
necesidad de intercambiar ideas y analizar…
Mil gracias una vez más a quienes han dado vida a
nuestro café filosófico, por todo lo compartido y aprendido. Queda por escrito
el cierre de lo que podemos llamar “primera temporada” de nuestra actividad, (re)inicia
y se renueva. Gracias especialmente a quienes valoran nuestro trabajo realizado
como una herencia, como algo digno de conservar y (re)vivificar. Que sean muchas
temporadas más. Éxito.
Karla Portela R. y Germán Leonardo
Cárdenas V.
Casa de la
Filosofía
Cajicá, Colombia
[i] Para profundizar: Apuntes
sobre naturaleza e historia en la obra de Theodor W. Adorno: lo natural como
problema para las filosofías de la historia https://revistadefilosofia.ibero.mx/index.php/filosofia/article/view/78
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