lunes, 1 de mayo de 2023

Nostalgia, ¿nuestra vida antes de estar aquí?

 

Nostalgia, ¿nuestra vida antes de estar aquí?

 



 

Comenzamos explicando cómo sería la dinámica de ésta nuestra quinta visita: “Primero escucharemos una canción; al terminar comentaremos qué historia narra, qué nos cuenta; enseguida redondearemos nuestros comentarios en un concepto, el cual nos servirá para definir el tema de nuestro café filosófico.” La canción previamente elegida por nosotros fue De Ushuaia a La Quiaca, interpretada por Gustavo Santaolalla; conviene aclarar que seleccionamos una composición instrumental considerando que las palabras de una u otra forma delimitan la imaginación.

 

Una vez que escuchamos la canción, y en continuidad de lo dicho, algunos de los participantes intervinieron tras preguntarles qué vino a su mente mientras escuchaban: “música española”; “un paisaje, naturaleza”; “una milpa, un sembradío”; “sensación de tranquilidad porque armoniza el ambiente”; “un laúd, una guitarra”; “nostalgia, tristeza, mirar hacia el pasado”; “un violinista, un arco en tensión”; “una historia de amor con un inicio nostálgico y un desenlace positivo.” Al respecto, observamos que si bien, fueron pocos quienes comentaron qué historia o imagen les narra la canción, los demás asentían a uno u otro comentario; particularmente coincidieron en que se trata de una canción nostálgica.

 

Con base en lo anterior, procedimos a sintetizar en un concepto todo lo que había sido comentado: nostalgia. El argumento de esta conceptualización fue que a través de toda la canción se percibe un sonido constante, al que se suman variaciones, es decir, que se trata de un movimiento variable que expresa fuerza. Llegados a este punto, les planteamos la posibilidad de que ese movimiento variable y fuerte se dirigiera hacia adelante o hacia atrás, hacia el futuro o hacia el pasado. La tendencia dominante, prácticamente unánime fue “hacia el pasado”, porque eso es la nostalgia, mirar hacia el pasado y eso fue lo que resaltaban a lo largo de toda la sesión.

 

Fue entonces que la mujer más joven del grupo preguntó: “¿Cómo se define la nostalgia?” Así, arribamos al tema de nuestro café filosófico, la nostalgia. Compartimos ahora parte de nuestra reflexión grupal: la nostalgia se relaciona con el tiempo y detona tanto pensamientos como sentimientos, que pueden ser negativos o positivos. Nosotros escogemos cuáles; tenemos la capacidad de elegir. Cuando los pensamientos y sentimientos son del pasado, son recuerdos; de manera que la nostalgia es una remembranza. Ahora, si esa remembranza implica añoranza, entonces es nostalgia; y, cuando la remembranza va acompañada de tristeza, entonces es melancolía.

 

Cabe decir que reiteradamente se trajo a colación la frase “todo tiempo pasado fue mejor”. Esto porque, de acuerdo con algunos de los participantes, la remembranza trae consigo la sensación de que el pasado fue o es mejor que el presente y que el futuro. Aunque la comparación entre pasado y presente suele tener una connotación negativa y resultar odiosa, ¿la verdad es que todo tiempo pasado fue mejor? Curiosamente, la misma persona que comenzó afirmando la superioridad del pasado, por momentos se cuestionaba e incluso afirmaba lo contrario al decir que “no todo tiempo pasado fue mejor”.

 

Sin duda, todos los presentes participamos de la actividad, de la reflexión grupal, aunque de distinto modo; algunos participan con su escucha atenta, otros parecen acompañarnos con su mirada, afortunadamente la mayoría interviene con palabras[i], aunque unos hablan más que otros, y entre ellos hay quienes tejen su comentarios siguiendo un eje, un hilo que por instantes parece perderse, para recuperarse con mayor claridad, nitidez que se plasma en comentarios como el siguiente: Los recuerdos son la banda sonora de tu vida y tú la eliges; elegimos qué recordar, por lo tanto sentir nostalgia es una decisión. De hecho, nosotros le damos significado a los eventos y mediante los recuerdos podemos resignificarlos. Los recuerdos forman parte de la identidad.

 



A manera de cierre, por último, preguntamos ¿para qué sirve sentir nostalgia? Por ahora encontramos al menos tres posibles usos de la nostalgia: puede funcionar como látigo para autoflagelarse o para golpear a otro; puede servir de remo para moverse, progresar, avanzar, tomar decisiones en el futuro; o bien, la nostalgia puede ser un ancla que nos estanque, nos justifique para permanecer inmóviles y hundirnos. La cuestión ahora sería autoexaminarnos y distinguir si efectivamente está en nuestras manos elegir qué sentir y qué hacer con lo sentimos.

 

Karla Portela R. y Germán Leonardo Cárdenas V.

Casa de la Filosofía

Cajicá, Colombia

 

 

 

 

 



[i] Sin menosprecio de la escucha atenta y la compañía visual, decimos “afortunadamente” porque si la mayoría no interviniese con palabras, resultaría imposible construir un diálogo y desarrollar el café filosófico.

 


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