sábado, 22 de abril de 2023

¿El pobre es pobre porque quiere?

 

Instituto Municipal de Turismo y Cultura de Cajicá

Festival de Cine y Literatura de Cajicá

Cafeletreando con Filosofía

Café filosófico: ¿El pobre es pobre porque quiere?

Viernes 21 de abril, 2023

 




Nos place abrir cada encuentro de nuestro café filosófico presentándonos e invitando a los participantes para que nos cuenten algo de ellos. Generalmente lo primero que comparten es su nombre, a qué se dedican, desde cuándo viven en Cajicá y cómo se enteraron de los cafés filosóficos… Esta vez llamó nuestra atención que desde el inicio, desde la presentación comenzó la reflexión: el primer asistente en hablar, se preguntó en voz alta ¿quién soy? y tras unos segundos de silencio optó por la presentación habitual, comenzando por su nombre; enseguida, una de nuestras habituales integrantes refirió el motivo por el que asiste, para conocer, descubrir las verdades de otros, considerando que no hay una verdad absoluta; dos partícipes más coincidieron en que el café filosófico es un espacio para hablar y escuchar con cierta profundidad y rigor sobre temas que les interesan y que en sus círculos sociales cercanos no encuentran la oportunidad  para hacerlo. Dicho de otro modo, desde el primer momento de nuestro café filosófico, nos encontrábamos reflexionando sobre la identidad –¿quién soy?–; la verdad –verdades personales, relativas y verdad absoluta–; y, el diálogo filosófico –escucha y habla argumentadas en torno a temas de interés común–.

 

En una segunda etapa o momento, abordando ya la pregunta que nos reunía, a saber ¿el pobre es pobre porque quiere?, inmediatamente surgieron dos respuestas rotundas y opuestas: “sí” y “no”. Tan rotundas fueron las sentencias que nos parecieron parcas, planas; había que argumentar. Con relación a la afirmación el pobre no es pobre porque quiere, el argumento fue éste: cada persona nace en un mundo dado, un mundo con determinadas características de las que no somos culpables, como tampoco somos responsables de haber nacido ahí; es decir que nacemos en un contexto, somos reflejo del entorno en que nacemos y nos desarrollamos, somos resultado de nuestras condiciones, por lo tanto ser pobre no es una decisión propia. En el extremo opuesto, el pobre sí es pobre porque quiere, se argumentó que ser pobre o no es cuestión de decisión y hábitos. Esto nos recuerda aquella concepción sobre la naturaleza humana, defendida por el humanismo, en que las facultades de entendimiento y voluntad permiten al ser humano configurar su vida, autoconfigurarse más allá o por encima de las circunstancias en que se encuentre; que todo es cuestión de educar el entendimiento y la voluntad, aprender a elegir, decidir y actuar. 




Evidentemente hubo réplicas para ambas posturas rotundas, entre ellas destacamos la que podríamos considerar “intermedia”, nombrada así por una de las participantes y construida grupalmente con distintas intervenciones: ser pobre, como muchas otras situaciones o estados en la vida de las personas, es efecto de un complejo de elementos externos e internos. Cuando hablamos de elementos externos pensamos en hechos fuera de nuestras manos, como el contexto, las circunstancias en que nacemos, o sucesos inesperados que pueden llevarnos a la pobreza de un momento a otro como ser damnificado de un desastre natural, víctima de un fraude, etc., o lo contrario, por un golpe de suerte ganar el baloto, adjudicarse una herencia y convertirse en una persona rica. Asimismo, cuando mencionamos elementos internos nos referimos a lo que sí está en nuestras manos, como los hábitos con que vivimos, las decisiones que tomamos y el fortalecimiento de nuestra voluntad. En suma, desde una perspectiva intermedia, no es posible en forma tajante y absoluta responsabilizar ni culpar a una persona de su pobreza o de su riqueza –al menos materialmente hablando–, porque en ello se conjugan factores externos, como las circunstancias, la suerte, las acciones de otros, y factores internos, como son el entendimiento y la voluntad propios.

 

Pero somos filósofos, y como tales, nos cuestionamos a nosotros mismos. De este modo, sin asumir alguna de las tres posturas anteriores –“sí” y “no” rotundos, e “intermedia”–, uno de los participantes respondió con otra pregunta: ¿qué es ser pobre y qué es ser rico? Quizá “ser pobre” es sólo una etiqueta que sirve para controlarnos, para presionarnos por cumplir con la máxima capitalista de la producción y el consumo. Visto así, responsabilizarnos de nuestra pobreza o riqueza en realidad es un medio para movernos a producir y consumir más. Bajo el lema de “eficacia y rendimiento; producir más en menos tiempo”, entre más produzco, más valioso soy, más consumo, más rico soy. ¿La pobreza y la riqueza son entonces parte de una ideología, concepciones impuestas? ¿Son sólo algo mental, actitudinal?



Sin duda, fueron muchas más las ideas que circularon en nuestro café filosófico, lo que aquí presentamos es una síntesis. Intentando que nada se nos escape, agregamos tres observaciones y una recomendación bibliográfica de nuestros amigos cafélibrepensadores:

 

* es importante distinguir entre tipos de pobreza, por ejemplo, material y espiritual

* la movilidad social es un fenómeno a considerar

* tomar la vida de personajes como Elon Musk como ejemplo para afirmar que “sí se puede”, constituye una falacia de composición, se toma la parte por el todo; se comete el error de tomar la particularidad por la generalidad

* recomendación bibliográfica: Realismo Capitalista: ¿No hay alternativa?, escrito por Mark Fisher




 

Karla Portela R. y Germán Leonardo Cárdenas V.

Casa de la Filosofía

Cajicá, Colombia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario