jueves, 14 de octubre de 2021

Primer filocafé en Cajicá, Colombia

 

Casa de la Filosofía y Basy 
traen a Cajicá, Colombia el primer filocafé

 

Dos ingredientes: café y filosofía, que históricamente han caminado de la mano. Cuenta la leyenda que un joven pastor yemení de nombre Kaldi, descubrió la planta del café cuando observó que su rebaño saltaba vigorosamente después de ingerir unos frutos rojos provenientes de un arbusto hasta ese momento desconocido. Previa autorización de un religioso, Kaldi decidió hervir dichos frutos y beber la infusión resultante, como era extremadamente amarga, la tiró. Enseguida observó que al arrojar las bayas al fuego se tostaban desprendiendo un aroma agradable, por lo que en un segundo intento preparó la infusión con las bayas tostadas. Así nació esa deliciosa bebida que llamamos café.

 


Quizá este relato sobre el origen del café sea producto de la imaginación, lo indudable es que los historiadores han situado las primeras plantas de café en las montañas de Etiopía, antes del siglo IX. Lugar del que se trasladaron hacia Yemen, Ceilán y la India. Posteriormente, alrededor del año 1600, colonizadores europeos en el Pacífico introdujeron el café en el viejo continente. Cien años después se plantaron varios cafetos en el jardín botánico de Ámsterdam. A partir de entonces el cultivo del café se extendió por Europa hasta llegar a las colonias europeas en América.

 

El consumo de café comenzó a generalizarse en Europa durante el siglo XVII y XVIII a través de las cafeterías, negocios que no sólo eran lugares de ocio, sino puntos de encuentro para intelectuales y políticos que ahí conspiraban y alumbraban ideas que aún resuenan en nuestra época. No casualmente el movimiento cultural e intelectual, la Ilustración, que dio pie a la Revolución Francesa y la independencia de las colonias europeas en América, se desarrolló en el siglo XVIII, el siglo de las luces.

 


Hoy día y desde el siglo XIX las cafeterías han aumentado en número  y es enorme la gama de cafés que ofrecen, junto a esto es posible decir que son lugar democráticos en que pueden reunirse personas con distintos hábitos y costumbres, diversas formas de pensar, ser y estar en el mundo. El café es una bebida que convoca y reúne, con su cálido aroma invita a conversar y filosofar…

 

Compartir un café abre la posibilidad de intercambiar ideas y sentimientos dentro de un ambiente amigable y con carácter igualitario. Cuando la filosofía sale de la academia y se dirige a la sociedad en general, cuando entra a una cafetería, nace el filocafé como espacio público para conversar, ahondar en temas universales, que nos atañen a todos, de manera reflexiva, crítica y cordial. La finalidad del filocafé es incentivar la integración de la comunidad ejercitando valores propios de la democracia, como son la tolerancia, responsabilidad y pluralismo.

 

Así, nos alegra compartir con ustedes e invitarlos a participar en el primer filocafé de Cajicá. Leonardo y Karla, integrantes de Casa de la Filosofía les esperamos cada miércoles a las 4 p.m. en Basy Pastelería.









No hay comentarios.:

Publicar un comentario