El hogar de Miss Peregrine
para niños peculiares
(Tim Burton, 2016)
Suele suceder que entre lo
planeado y lo logrado hay diferencia, difícilmente teoría y práctica
coincidirán con exactitud, pero algunas veces la distancia entre lo esperado y
lo obtenido es garrafal, o no tanto si se observa el contexto y las
experiencias alrededor… De eso va este texto, de nuestra experiencia el pasado
jueves en nuestra filmosofía número 16 y que en la tónica de acertados y
famosos memes (porque se han convertido en efectiva expresión de nuestra
realidad individual y social) dividiremos en dos partes: expectativa y
realidad.
Expectativa
Vendrían niños, obviamente
acompañados por un adulto, justo como el día anterior a nuestra reunión
que asistieron una niña y dos adolescentes en compañía de una mujer adulta para ver "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares". Al
terminar la proyección reflexionaríamos sobre el significado de la palabra
“peculiar”, como característica o rasgo propio de cada persona, que sin ser
calificada de buena o mala, sino simplemente como algo propio, en un momento
dado puede ser benéfico a los demás, como se ve en esta película de Tim Burton
que al enfrentar una situación crítica cada uno de los niños
contribuye con su peculiaridad a la solución del problema. De este modo el objetivo
principal de nuestra charla filosófica sería concientizar que cada uno de nosotros
posee un don o talento que unido al de los otros puede ser constructivo,
positivo individual y colectivamente.
A su vez platicaríamos sobre
la Filosofía para Niños como una de las modalidades del Movimiento de Filosofía
Aplicada que mayor fuerza ha tomado a nivel mundial, para ello realizaríamos
un ejercicio de reflexión sobre la clásica pregunta infantil “¿por qué?”, a
partir de la cual es posible desarrollar un espíritu crítico, analítico y
reflexivo que aporte a una mejor toma de decisiones, al mismo tiempo que puede
funcionar como detonador del pensamiento filosófico; para dicho ejercicio
regalaríamos a cada participante una hoja impresa con el mismo, entre otros,
además hojearíamos juntos un libro de filosofía para niños hecho por niños… Sinceramente
el plan nos parecía muy bueno.
Realidad
Sólo una pequeña,
aproximadamente de 8 años de edad, asistió y decidió salir de la función porque
“la película no me gusta”, fueron sus palabras. Curiosamente, ya en la filmosofía
sí hubo participantes (ninguno niño) que aun cuando no vieron la película (tal
vez porque creyeron que era sólo para niños), se unieron al desarrollo del
ejercicio mencionado, el cual prácticamente consistió en dialogar sobre cuándo
una razón es buena, mala o ni siquiera es una razón. Para mayor claridad a
continuación el ejercicio realizado:
Había
una vez un chico que hacía tantas, pero TANTAS preguntas que todos sus
vecinos lo llamaban Germán Por Qué. Cada vez que Germán se acercaba a
alguien, esa persona sabía que tendría que responderle con muchas
explicaciones y detalles porque Germán Por Qué era incansable y sólo dejaba
de preguntar cuando la respuesta le satisfacía plenamente.
Una
vez se acercó a Micaela y le preguntó:
---
¿Por qué tienes el pelo verde?
---
Qué te importa –contestó ella.
---
¿Por qué tienes el pelo verde?
---
Porqué sí –dijo Micaela bostezando.
---
¿Por qué tienes el pelo verde?
---
Porque las gallinas cacarean, Germán.
---
¿Por qué tienes el pelo verde?
---
Porque me gusta, punto.
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¿Por qué tienes el pelo verde?
---
Porque me cayó algo en la cabeza.
---
¿Por qué tienes el pelo verde, Micaela?
---
Porque me cayó un balde de pintura verde en la cabeza.
---
Ahhh –dijo Germán. Y sonrió.
María de la Paz G.
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Buena razón
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Mala Razón
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No es una razón
|
*
Adaptado de: Accorinti, Stella. Filosofía
para niños. Introducción a la teoría y la práctica. Buenos Aires:
Manantial, 2014, p. 89-90.
El
diálogo se concentró en analizar por qué la respuesta “porque me gusta” no es
una buena razón; si bien, apelar a los propios gustos, en cierto sentido a
nuestra subjetividad, es una respuesta muchas veces aceptable en la vida
cotidiana, no lo es desde el punto de vista filosófico porque carece de
fundamento racional, porque no es una explicación detallada y clara, no da la
causa ni la finalidad, y como el objetivo es desarrollar filosofía para niños
mediante ejercicios reflexivos como éste, es indispensable distinguir junto a
ellos que los hechos son subjetivos y objetivos correlativamente, que sin
menosprecio de alguno de estos elementos para que sea un análisis filosófico
debe enfatizar en el segundo.
Desarrollamos
también otro ejercicio, hablamos sobre material didáctico que ha tenido mucho
éxito y que sin duda fomenta también la reflexión entre los adultos,
específicamente los libros de “Wonder Ponder. Filosofía visual para niños”.
Como hasta ahora y afortunadamente nuestra conversación fue amena, en un
ambiente de apertura y colaboración.
Ahora
bien, de nada valdría la confrontación entre expectativa y realidad si no
hubiese reflexión sobre las causas que distanciaron lo planeado y lo logrado,
así que ahí va:
Reflexión
Tal
vez la película elegida no fue la más adecuada; quizá el horario de la reunión
(las 8:00 p.m. y entre semana) no es el mejor tratándose de niños. La difusión
del evento pudo comenzar con mayor antelación e igualmente podría ayudar
subrayar la gratuidad de nuestras sesiones filmosóficas (la entrada a la
función tiene un costo regular, pero la participación en la filmosofía es
libre). Sin duda, nos falta conocer mejor al público infantil para adecuar de
la mejor forma posible las actividades que en el futuro dirijamos especialmente
a ellos, pero siempre se trata de una co-responsabilidad, no hemos podido
acercarnos como Fil(m)osofía y Cine la Mina a los más pequeños porque los
papás, porque los adultos no los traen, no vienen con sus hijos, sobrinos,
nietos al cine. Cabe decir que la matiné infantil que hasta hace unos meses
ofrecía Cine la Mina está en pausa precisamente por la baja audiencia. ¿A qué
se debe? ¿Por qué los adultos no conviven con sus niños en el cine? ¿Por qué no
hay consciencia sobre la capacidad formativa del cine, sobre su influencia
positiva en el desarrollo integral de los niños? ¿Qué podemos hacer al
respecto?
Definitivamente
las respuestas a lo anterior no surgirán en este momento, se requiere trabajar
en ello. Por lo pronto, reconocemos que la Filosofía para niños es una tarea
difícil porque los niños no acudirán voluntariamente, dependen de sus padres,
de los adultos que se encargan de ellos, simultáneamente es una labor muy
delicada en tanto que se trata de contribuir a la formación de las personas más
inocentes y maleables, porque nuestras palabras y acciones se convierten en
ejemplo (aún sin ser ejemplares) y especialmente porque en todo momento debemos
considerar lo que les enseñan en sus casas, el ambiente en que viven, esto debido a que el
núcleo familiar continúa siendo el más fuerte y decisivo ámbito formativo, y así nuestra labor puede contribuir en la formación de las
personas, aunque como diría Edith Stein*, el espíritu se forja en la familia.
*Edith
Stein (1891-1942). Estudiante de filosofía, fue la primera mujer en Alemania
que presentó una tesis en esta disciplina. Colaboradora de Edmund Husserl, su
pensamiento filosófico aborda principalmente la estructura de la persona humana
y su formación, además de la empatía y la teología de la mujer.
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