viernes, 15 de enero de 2016

Ciencia y Arte - contribuciones

Siglo XVIII – Edad de la Máquina

Formas en que durante el siglo XIX 
se ha empezado a asimilar la máquina


- La ciencia contribuyó al arte con un nuevo tipo de orden:

“Contribuyó, con sus efectos sobre la invención y la mecanización, un nuevo tipo de orden para el ambiente: un orden en el que el poder, la economía, la objetividad, lo colectivo desempeñarán un papel más decisivo que el que habían desempeñado antes incluso en formas de dominio tan absolutas como en el sacerdocio real -y en los ingenieros- de Egipto y Babilonia.”

“La sensible aprehensión de ese ambiente nuevo, su traslación a términos que suponen afectos y sentimientos humanos, y que ponen en juego una vez más toda la personalidad, se convirtieron en parte de la misión del artista: y los grandes espíritus del siglo XIX, quienes primero dieron la bienvenida a este medio ambiente modificado, no eran indiferentes al mismo. Tuerner y Tennyson, Emily Dickinson y Thoreau, Whitman y Emerson, todos saludaron con admiración la locomotora, ese símbolo de orden nuevo en la sociedad occidental.”

- La segunda contribución de la actitud científica fue limitadora:

“… tendió a destruir las persistentes mitologías de las diosas griegas y de los héroes y santos cristianos; o más bien, impidió un uso ingenuo y reiterado de aquellos símbolos. Pero al propio tiempo reveló nuevos símbolos universales, y amplió el verdadero dominio del símbolo mismo… La prosecución de la ciencia, sin embargo, sugirió nuevos mitos."

“Casi todas las obras importantes del siglo XIX cabían en este molde y expresaban el nuevo alcance imaginativo: respetan el hecho; están repletas de observación: proyectan un reino ideal por dentro y a través, no trascendentalmente por encima, del paisaje de la realidad. Nortre Dame hubiera podido escribirla un historiador, Guerra y Paz, un sociólogo, El idiota hubiera podido crearlo un psiquiatra, y Salammbo ser la obra de un arqueólogo. No digo que estos libros fueran científicos intencionadamente, o que hubieran podido ser sustituidos por obras de ciencia sin pérdida grave; lejos de ello. Simplemente señalo que fueron concebidas con el mismo espíritu; que pertenecen a un mismo plano de conciencia.”  

Espíritu científico en el artista.
Arte y ciencia en el mismo plano de conciencia.

“… el conocimiento científico fue uno de los hechos que contribuyó al placer estético… aunque la naturaleza misma no sea un absoluto, y los hechos de la naturaleza externa con constituyan los únicos materiales del artista, ni su imitación literal sea garantía de éxito estético, la ciencia le da, no obstante, la seguridad de un reino en parte independiente que define los límites de sus propias posibilidades de trabajo.”


La aprehensión estética y emocional del nuevo ámbito apareció coordinada con la asimilación intelectual de la máquina por el técnico y el artista, que surgió en parte a través del hábito, en parte a través de la experiencia de la labor diaria, y en parte gracias a la ampliación del entrenamiento sistemático en la ciencia.”

Fuente: "Técnica y civilización" - Capítulo 7, por Lewis Mumford. 




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