El joven Karl Marx
(Raoul Peck, 2017)
Considerado
parte del actual cine militante –cine inspirado en una lucha política vigente–,
el trabajo de Raoul Peck no tiene por objetivo contar historias, sino mostrar
con responsabilidad a las nuevas generaciones una perspectiva diferente de la
sociedad, del mundo, porque el cine, en palabras de este director siempre tiene
el objetivo de la lucha. Así, “El joven Karl Marx” pretende presentar al
espectador algunas de las ideas fundamentales del Marx filósofo, político,
economista e historiador, como pilar científico y político a partir del cual
analizar lo que está ocurriendo hoy en el mundo y entablar una acción política
contemporánea comprometida.
Frente
a los prejuicios, interpretaciones erróneas y tergiversaciones, Peck ha
estudiado la filosofía de Marx en la propia Alemania, ha investigado a fondo su
obra; de hecho, los diálogos en el filme son auténticos, se basan o incluso son
copia de la correspondencia entre Marx y Engels en el periodo de 1843 a 1848,
durante el exilio en París, periodo en que surge el comunismo como propuesta
plenamente política, desembocando en la redacción y publicación de “El Manifiesto
Comunista”.
En
nuestra perspectiva el análisis sobre “El joven Karl Marx” se abre en tres
líneas: la relación de Marx con Friedrich Engels, el vínculo con su esposa
Jenny Von Wetsphalen y el diálogo que de una u otra forma se entabla con los
anarquistas, especialmente con Pierre-Joseph Proudhon. Evidentemente cada una
de estas vertientes daría lugar a un examen exhaustivo, en el presente espacio
sólo se apuntarán algunas ideas; en cuanto a la relación de Marx y Engels, fue
éste quien en cierto sentido abrió los ojos a Marx sobre la necesidad de
estudiar economía e historia para construir una base teórica real, para que su
filosofía no se limitara a interpretar y comprender la realidad, como lo hacían
los jóvenes hegelianos, sino que fuese auténtica praxis, filosofía que
transforma el mundo, nuestro modo de ser y estar en él.
El
vínculo entre Karl y Jenny, además de la vida marital, la vida cotidiana y
familiar, el apoyo y compañía incondicionales, se enriqueció por la conversación
e inteligentes observaciones de ella a las ideas de él; cabe mencionar que del
mismo modo en la relación de Engels con Mary Burns, en la figura de ellas se
plasma un pensamiento liberal que fortalece la filosofía de ellos –incluso fue
Mary Burns quien puso en contacto a Marx y Engels con el círculo de obreros–.
Sobre
el diálogo entablado con los anarquistas, quisiéramos aclarar, como se hizo en
nuestra charla el pasado miércoles 9 de mayo con motivo en la conmemoración del
bicentenario del nacimiento de Karl Marx, la diferencia entre socialismo
utópico, socialismo anarquista y socialismo científico: el primero de ellos,
más que en una propuesta filosófica-política se sustenta en un sentimiento
filantrópico que movió a ciertos industriales para ofrecer a sus obreros
algunas prestaciones de salud y seguridad social, como fue el caso de Henri de
Saint-Simon, Charles Fourier y Robert Owen; el socialismo anarquista representando
entre otros por Pierre-Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin, se caracteriza
principalmente por el desconocimiento a cualquier autoridad, incluido el
Estado; en tanto que el socialismo de Marx y Engels es científico porque se
basa en el materialismo histórico, considerado método científico en la
investigación sobre la historia de la humanidad y que muestra a ésta como una
lucha constante entre clases sociales que genera cambios, a la vez que
identifica al proletariado industrial como el sujeto colectivo que llevará a
cabo la revolución socialista.
En
suma, está película señala la importancia y trascendencia de la filosofía
elaborada por Marx y Engels como detonante de diversos sucesos políticos en los
siglos XX y XXI, paralelamente muestra al marxismo como óptimo instrumento para
entender el mundo actual; si bien ha descendido la influencia marxista en
occidente, continúa siendo referente primordial para explicar la crisis que hoy
atraviesa el sistema capitalista, el mundo en general y a partir de ahí
proponer su transformación. Indudablemente el pensamiento marxista trastocó el devenir
de la humanidad en la lucha por su liberación y Marx será relevante mientras
haya una sociedad capitalista, el marxismo es tan vigente como el capitalismo.
Coincidimos
con Raoul Peck cuando afirma que es momento de volver a imaginar que es posible
transformar el mundo.