viernes, 21 de abril de 2017

4ta Sesión FIL(M)OSOFÍA “LA MINA”


LOS INSÓLITOS PECES GATO
Claudia Sainte-Luce (2013)




Como ópera prima de Claudia Sainte-Luce, esta película puede ser analizada con el tema de la familia y la amistad, la ayuda y compañía recíprocas que se regalan Claudia, Martha y su familia en medio de un profundo y contundente sentimiento de pérdida y orfandad, de hecho en todas sus acciones se observa entrega y amor constantes aún a través del dolor.

Analizada como obra autobiográfica, pensamos que el cine puede expresar situaciones personales sin dejar de ser universales porque nos hace vernos en los personajes, encontrar similitudes entre las situaciones planteadas y lo que vivimos, incluso tal vez esto sea parte del poder del cine: nos permite reflexionar y conocernos un poco más cuando nos identificamos con lo que vemos en la pantalla; hablamos del cine como espacio de trabajo analítico y crítico para la comprensión de la realidad y en su caso transformación.

Así, en esta reunión sobre “Los insólitos peces gato”, en nuestra plática como reflexión dialogada abordamos el tema principal de la película, amistad y familia, intercalando comentarios personales muy diversos entre sí que no impidieron concluir al respecto y por unanimidad que todos necesitamos formar grupo, sentir que somos parte de algo mayor, todos necesitamos darnos y recibir, ayudar y ser ayudados, sentir al otro, su presencia y sus acciones, y que simultáneamente los demás nos reconozcan, en una palabra integrarnos, aunque al mismo tiempo alejarnos, conservar nuestra individualidad, un espacio propio. Probablemente con la misma fuerza que necesitamos estar dentro, incluirnos, cuidar al otro y amarlo, requerimos estar fuera, alejarnos, conservar momentos de soledad para cuidarnos y amarnos a otros mismos.

Esta vivencia correlativa individualidad-comunidad fue muy bien expresada por uno de nuestros participantes con una metáfora sobre los gatos: Claudia, como cualquiera de nosotros, se acerca y une al grupo porque así lo decide, lo necesita y lo quiere, e igualmente cuando así lo siente se aleja, regresa a su soledad, se va para volver después porque también lo necesita, como un gato lo haría, sin que esto hable de egoísmo, sino de amor y entrega sinceros.

Dame una mano, toma mi mano.

En nuestra charla especialmente hablamos sobre el trabajo, esto fue muy interesante porque en nuestro grupo hubo personas de distintas edades que representan lo que podría decirse son los tres momentos de la vida laboral: jóvenes que actualmente estudian, se preparan para ocupar en un futuro próximo un puesto laboral, adultos que trabajan y que de una u otra manera no estamos conformes con la dinámica laboral, sus injusticias…, y adultos mayores que ya pasaron por lo anterior y hoy afortunadamente gozan de una jubilación sin dejar de preocuparse por el desempleo y la situación laboral. Y es que el trabajo, nuestro centro laboral representa una de las comunidades más fuertes y constantes que podemos integrar, ahí nos entregamos en vida y alma, ahí pasamos gran parte de nuestro tiempo y formamos vínculos interpersonales. Sobre el trabajo concluimos que en gran medida nos constituye como personas y le da sentido a nuestras vidas.

Pero ¿por qué hablar de trabajo cuando analizas una película que habla sobre relaciones interpersonales de amistad y familia? Además de que hoy día el trabajo es mi interés filosófico más fuerte, por lo que no pude evitar dirigir la mirada hacia a él, fue en el trabajo donde la directora, Claudia Sainte-Luce conoció en la realidad a Alejandra, la hija mayor de Martha (ambas trabajaban como meseras en el mismo sitio, de acuerdo con una entrevista que leí), fue en su lugar de trabajo, trabajando, que Claudia entabla esa amistad y de una u otra forma se integra a la familia que detonó en ella emociones y pensamientos que le llevaron no únicamente a la realización de esta película, sino que en cierto momento de su vida además de acompañarle le dieron sentido a su existencia, porque –citando a Claudia– “La vida empieza a cobrar sentido cuando alguien voltea a verte a los ojos, si alguien no voltea a verte a los ojos no estás seguro de si estás aquí y ahora.”

Estas palabras expresan justo lo que siento ahora: gracias amigos por ser y estar aquí, por compartir con nosotros, sino no acudieran a nuestro llamado, Filmosofía no tendría sentido, de hecho no existiría, ustedes le dan vida (bien dice Leslie con alegría, que ya estamos armando grupo). Especialmente gracias por acompañarnos, por darnos un espacio en su vida cuando atraviesan un momento tan trascendente como el nacimiento de un nuevo integrante en la familia, por compartir con nosotros y recordarnos que la vida es un milagro que constantemente se recrea. Profundamente gracias.




* Entrevista a Claudia Sainte-Luce Aquí encuentran la entrevista citada. Muy recomendable si quieren enterarse de algunos datos curiosos como por qué el título de “Los insólitos peces gato” y otros datos sorprendentes como la actuación en la película de una de las hijas de Martha en la historia real.


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