domingo, 14 de diciembre de 2014

Qué significa "el Otro de la filosofía"

Introducción - primera de tres partes
(Con base en el Capítulo IV del libro “La Filosofía, una escuela de la libertad”, 
UNESCO, 2007, edición en español, 2011)






¿Qué es “el Otro de la filosofía”?

Es la actividad filosófica de índole no académica, es la filosofía que “se hace”, que “tiene vida” fuera de las instituciones, fuera de la escuela, que no es “evaluada” ni recibe “constancia o certificado” por su “estudio”….  

Podría pensarse entonces que el Otro de la filosofía forma parte del quehacer educativo “informal”, conformado por aprendizajes que se realizan a lo largo de la vida y en ámbitos donde no se imparte una enseñanza organizada ni programada racionalmente, es decir, que no está sistematizada, antes bien surge de manera “espontánea” (me refiero a la educación recibida en escenarios como la familia, la sociedad, Estado, Iglesia, medios masivos de comunicación…); o bien podría ubicarse el Otro de la filosofía dentro de la educación “no formal”, entendida como la enseñanza que al igual que la educación formal se imparte organizada, programada racionalmente, sistematizada y a partir de métodos  específicos, aunque a diferencia de ella fuera del sistema académico.

Lo cierto es que “No es fácil circunscribir y definir la actividad filosófica que no es de índole académica. ¿Y cómo cabe denominarla? Filosofía informal, natural, popular, no institucional, fuera de los muros… ninguno de estos términos califica adecuadamente ese <otro> de la filosofía.” (pág. 153)  

Al igual que el lenguaje cobra vida por los hablantes, y son estos quienes “en la marcha” le definen y determinan,  la filosofía vive por sus practicantes, ellos le dan sentido y también de ellos depende qué se entiende por filosofía.

De modo que sin visión restrictiva, sino en apertura y por ahora, coincido con la UNESCO  cuando refiero el Otro de la filosofía, como filosofía “no formal”, práctica filosófica fuera de la escuela que sin ignorar el mundo académico, procura desarrollarse de distintas formas en todos los niveles de la sociedad.


Dónde surge el Otro de la filosofía; la tierra en que crece…

De acuerdo con “La Filosofía, una escuela de la libertad”,  -estudio de la UNESCO sobre la actual situación de la enseñanza de la filosofía en el mundo-, en torno al origen de la necesidad por filosofar “no académicamente” es factible proponer cuatro razones a manera de hipótesis:

a) Adiós a los macro-relatos.- Dados los resultados, en la observación de lo que hemos “logrado” como humanidad, deviene entre otras consecuencias el fracaso, abandono o desaparición de los grandes sistemas-esquemas ideológicos, políticos, morales y religiosos tradicionales, lo cual se traduce en la “liberación” del individuo respecto a la “Verdad Absoluta” y a favor del multiculturalismo. En nuestra presente cultura occidental, cada individuo, cada uno de nosotros tiende a establecer su propio “menú” del pensamiento. “Cada individuo procura por lo tanto formular por sí mismo los valores, las razones de ser, las finalidades existenciales que pueden darle un sentido a su existencia particular.” (pág. 154)

b) Cambios socioeconómicos.- La acelerada transformación en las modalidades de los mecanismos socioeconómicos tradicionales, subrayo la globalización, trae consigo la desestabilización de las estructuras de identidad establecidas, ocasionando la búsqueda obligada de nuevos fundamentos y valores.

c) “Banalización de la cultura psicológica”.- Actualmente la cultura psicológica propugna la “búsqueda de uno mismo” como objeto de una actividad legítima e incluso fundamental, que desemboca de manera natural en la multiplicación de prácticas de desarrollo personal. Cabe señalar al respecto que los grandes sistemas filosóficos se apartan  de la “preocupación por uno mismo”, por lo contrario versan sobre la realidad del mundo, del pensamiento o del ser, oponiéndose a la actividad vinculada con la singularidad de un ser específico. Un ejemplo de ello es que el socrático “conócete a ti mismo”, rara vez fue usado por Platón como práctica cotidiana; de tal suerte que sin negar en la historia de la filosofía algunos casos en que se percibe la idea existencial de la misma (Séneca, Montaigne, Kierkegaard, Foucault), predominó en el pensamiento filosófico occidental la cuasi anulación del sujeto, “casi desapareció la interpelación del sujeto detrás del discurso.” (pág. 154)

d) Actualización de la dimensión dialógica.- Aunado a lo anterior y ya en el ámbito pedagógico, hoy se intenta recuperar la dimensión dialógica, subjetiva e intersubjetiva de la cultura; expresado de otro modo, las reformas en el campo de la enseñanza tienden a privilegiar menos la transmisión de conocimientos para favorecer principalmente la labor sobre la apropiación, el diálogo, el análisis, etc.; esto con base en la interpelación del sujeto y su experiencia “personal”, la cual parece ahora ser más importante que el pensamiento a priori.


¿Qué nos mueve a hacer filosofía fuera de la escuela?

Hablando entonces de la propia experiencia, de la experiencia personal, ¿qué ha “movido” a las personas para llevar a cabo esta práctica “informal” de la actividad filosófica?  Pregunto: ¿cuáles son las motivaciones personales que dan vida al Otro de la filosofía?

Siendo la experiencia personal la raíz que alimenta esta práctica filosófica “no formal”, claramente son múltiples sus motivos, tal vez innumerables… Sin embargo, nuevamente de la mano  con lo que he leído en el estudio citado, intento ilustrar tal multiplicidad en siete rubros, siete posibles motivaciones:

1. Cultural.- Motivación más tradicional, usualmente presente en personas que desean iniciarse en algo que conocen poco o no del todo, pero que les parece importante o útil de conocer por razones de cultura general. Se trata también de personas que no tuvieron acceso a una educación muy avanzada, pero que han leído durante toda su vida o intentaron educarse como podían en calidad de autodidactas, y que desean proseguir esa práctica de manera más constante. Necesidad de filosofía principalmente en amas de casa y jubilados, casi siempre satisfecha mediante la asistencia a cursos, talleres y conferencias impartidos por centros de arte de y cultura e incluso algunas instituciones académicas, donde se ofrece una visión panorámica de los grandes temas en lugar de profundizar en una temática específica, para lo cual seguirían cursos “clásicos” en las universidades. 

2. Existencial.- Cuando la búsqueda del conocimiento se vincula especialmente con dimensiones de índole existencial, esto es, cuando se trata más de una búsqueda que responde a la necesidad por comprender, aprehender mejor el mundo, de tomar consciencia auténtica, real y profunda sobre la propia existencia, sobre la propia vida, e incluso de comenzar a prepararse para la muerte.

3. Espiritual.- Motivación en que la búsqueda existencial contiene formulaciones y necesidades más específicas que podrían denominarse metafísicas. Momento en que la existencia particular o individual es percibida como algo secundario frente a los desafíos ontológicos o preocupaciones más abstractas que no encuentran ya respuesta en los grandes esquemas religiosos e incluso los rechazan, entre otras causas, por sus obligaciones rituales, rígidas jerarquías e imperativos morales; por lo que conciben entonces a la filosofía como un sucedáneo de la religión. Sucedáneo que en suma se trata de un sincretismo compuesto de elementos religiosos y filosóficos, muy diversos, occidentales y orientales, teológicos, esotéricos y animistas, que con el objetivo de superar la oposición entre lo humano y lo divino, tiende a despersonalizar la deidad y deificar a la persona humana, al tiempo que aborda como temas recurrentes unidad universal, armonía global, autonomía personal y una nueva era en que la humanidad realizará su potencial físico, psíquico y espiritual, logrando así superar la finitud.

4. Terapéutica.- Al igual que lo espiritual consiste en una forma específica de la demanda existencial, cuyo rasgo principal radica en la exacerbación del problema planteado. Ahora bien, entre el problema filosófico y el problema psicológico, esto es, entre la terapia filosófica y la terapia psicológica, tal vez sea posible trazar una línea de demarcación que consistiría en el mantenimiento de la capacidad de razonar, y por ende, de distanciarse un mínimo de uno mismo; sin embargo, dicha línea no es evidente ni totalmente clara, por lo que entre las personas que desean participar en una actividad filosófica adoptando una perspectiva terapéutica, algunos lo hacen para “ver” sus problemas o atenuar su sufrimiento, mientras otros confrontan su propio marasmo.

5. Política.- Así como algunas personas encuentran en la filosofía un sucedáneo de la religión, otros recurren a la misma como a un sucedáneo de la política. Fenómeno que tiene lugar, entre otras razones, porque se rehúsan a “comprar” esquemas prefabricados, porque  desconfían fuertemente de los políticos, porque el compromiso ya no está de moda y ser militante no es un ideal, por el contrario se desea “libertad y autonomía”, prefiriendo las estructuras informales, las asociaciones o comités en lugar de los partidos y los clanes.  Se trata de personas que se orientan hacia la discusión filosófica para debatir sus ideas sobre justicia, economía, ética, libertad, poder, dinero, etc.; buscan un lugar para expresar sus ideas y escuchar las de otros, para compartir opiniones o confrontarse con los otros, para avanzar sus argumentos o desmontar los de los demás, por lo que cabe entonces preguntar si acuden a la filosofía para convencer, aprender o reflexionar. Asimismo algunas de las personas que practican la filosofía con esta motivación, afirman que la filosofía carece de sentido si no desemboca en la acción, por lo que habrá de ser necesariamente política si desea tocar lo real.

6. Relacional.- Situación en que las personas se acercan a la actividad filosófica con el deseo de establecer una relación con sus semejantes; tanto más si se desea que esas relaciones tengan un cierto nivel de reflexión y de contenido, y que no se desee congeniar con cualquiera. Sobre ello, algunos “puristas” deploran el hecho de que la actividad filosófica se reduzca a ser un mero lugar de encuentro y que se instrumentalice a la filosofía para colmar los vacíos relacionales de los individuos.

7. Intelectual.- Cuando la necesidad por filosofar remite a gozar del placer de pensar. Se trata de prácticas filosóficas concentradas en la actividad del pensamiento. Caso en que el pensamiento se instituye como una actividad en sí -pensamiento que se piensa a sí mismo, que piensa sobre sí mismo, como sustancia y finalidad de su propia actividad- sin vínculo con elementos culturales, existenciales, sociales u otros; aunque tampoco podrá ignorarlos por completo, puesto que toda problemática filosófica surge de ellos, no se puede filosofar a partir de la nada.



Hasta aquí tres ideas:
- el Otro de la filosofía consiste en la práctica de la actividad filosófica fuera de las instituciones, por lo que podríamos llamarla filosofía “no académica”
- la necesidad por filosofar no académicamente, responde en general a cuatro posibles razones: abandono de los macro-relatos, cambios socioeconómicos, banalización de la cultura psicológica entendida como la multiplicación de prácticas sobre desarrollo personal y el intento por recuperar la dimensión dialógica, subjetiva e intersubjetiva de la cultura, es decir la interpelación del sujeto y su experiencia personal
- misma necesidad de filosofía que en lo particular, en lo individual tiene origen en la propia vivencia, en la experiencia personal que suele contener alguna de estas siete motivaciones: cultural, existencial, espiritual, terapéutica, política, relacional o intelectual

En mi caso, en mi experiencia, decido acercarme a la filosofía  no académica, ejercer una actividad filosófica no formal (posteriormente aclararé por qué digo “no formal” es vez de “informal”) con base en tres motivaciones: existencial, terapéutica e intelectual, no alternadas ni opuestas, sino coexistentes, en correlación y complementarias entre sí.

Pienso que quien escribe y de una u otra forma publica, espera confirmar que ha sido leído, pero sobre todo desea un intercambio de pensares y sentires, anhela dialogar…



Escríbeme qué piensas, opinas, crees, sientes respecto a lo dicho en esta primera parte de la introducción.

1 comentario:

  1. Me gusta la claridad de la información pero sobre todo la intención y su fundamentacion.

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