Segunda sesión – FIL(M)OSOFÍA “LA MINA”
Jueves 16 de febrero de 2017
Lo que da vida a las cosas, a las personas, y lo que las mantiene así:
vivas y creciendo, es su capacidad para modificarse y RENOVAR. Y en esta
renovación pocos hechos tan valiosos como escuchar a otras personas, a los
amigos que de buena fe te acompañan y aconsejan.
En un sentido metafórico también las cosas tienen vida, la conservan y
se fortalecen con cada renovación. Congruentemente, nuestro café filosófico
toma ahora el nombre más específico de FIL(M)OSOFÍA en razón de que el tema
abordado en cada reunión corresponde a una producción cinematográfica.
Así, en nuestra segunda sesión conversamos sobre la película “No es
más que el fin del mundo”, de Xavier Dolan, alrededor de dos temas: comunicación
familiar y migración. A continuación enlistamos algunas de las ideas aportadas
por los asistentes, a quienes agradecemos con énfasis su amable participación.
* Comunicación familiar
- Faltando un diálogo abierto, claro y explícito, con tolerancia y respeto, en ausencia de un
ambiente emocional óptimo, el lenguaje no verbal cobra radical importancia.
- Parece existir un círculo vicioso entre la falta de una comunicación
eficiente y la desintegración familiar, es decir que no parece posible
identificar claramente si la falta de comunicación es causa de la
desintegración o si sucede al revés, si la desintegración es la causa de que
falte comunicación.
- Más que hablar sobre el presente, sobre qué hacen, lo que piensan y
sienten actualmente, esta familia parece vivir en el pasado, vivir de recuerdos
que no son en su totalidad gratos. O sea que se reúnen no tanto para
intercambiar sino para recordar, lo que probablemente impide su crecimiento
personal y familiar.
- Desde un punto de vista la falta de comunicación familiar es
negativa porque puede derivar en la desintegración, aunque también dicha falta
puede ser considerada positiva si con la separación de la familia el integrante
que migra logra su crecimiento personal, desarrollo profesional o en términos
generales mejorar. Visto así, la falta de comunicación eficiente que impulsa al
abandono de la familia posiblemente se traduzca en nuevas y mejores
posibilidades.
* Migración
- Las personas que migran, que dejan su familia la mayor parte de las
veces mantienen con ella únicamente un contacto irregular y superficial o
incluso lo pierden, quizá esto se deba a que la distancia física es un reflejo
o materialización de la distancia emocional que existía ya antes de partir.
- Quienes parten del núcleo familiar continúan jugando un rol familiar
a pesar de la distancia, el cual suele ser “como modelo”, como ejemplo a
seguir, puesto que ha demostrado que “sí se puede”, que es posible otro modo de
vida.
- A pesar de la distancia física el integrante que ha migrado, en
realidad nunca se va, no logra liberarse porque sigue siendo parte de la
familia, continúan afectándole los problemas que ahí hay, finalmente su
espíritu, su mente, su forma de ser se han forjado dentro de ese grupo, en
cierto sentido a donde quiera que vaya su familia va con él.
- Paradójicamente con lo anterior, cuando regresa quien migra, sea
como visita o no, en realidad no regresa, es otro porque ha cambiado, porque la
distancia física aunada a la emocional de una u otra forma le han convertido en
un desconocido para su familia; es el mismo y otro a la vez.
Ya al final de nuestra sesión, para cerrar coincidimos los presentes
en que una obra como “No es más que el
fin del mundo” nos regala gran material para reflexionar y que conversaciones
como ésta son filosóficas no porque otorguen conclusiones certeras que ya sólo
haga falta aplicar a manera de receta. Son charlas filosóficas en la medida en
que nos hacen cuestionar, analizar no sólo el comportamiento de los personajes
en la pantalla, sino nuestra conducta, en la medida en que nos conducen a
preguntas como: qué estoy haciendo y para qué, cómo me siento…
Fil(m)osofía “La Mina”
recibe así a todos sus visitantes como
Nuevamente gracias a todos los participantes. ¡Nos vemos pronto!